Las startups de movilidad europeas están superando a las estadounidenses, al menos en términos económicos.

Las startups europeas de movilidad están experimentando un auge de capital sin precedentes y se están poniendo al día en la carrera global del capital riesgo. El software y las tecnologías del futuro tienen una demanda especial.
Aún hay buenas noticias del sector de la movilidad: mientras la industria automotriz se precipita de una crisis a otra, Europa está experimentando un aumento repentino de capital para startups de movilidad. Según el informe de TNMT "The case for European travel and mobility tech", las empresas europeas captaron más capital de riesgo en este sector que sus homólogas estadounidenses por primera vez para finales de mayo de 2025.
Lo que es particularmente notable es que en el primer trimestre de 2025, alrededor del 30 por ciento de todas las inversiones de capital de riesgo europeas fluyeron hacia las llamadas áreas de tecnología profunda, es decir, campos que no dependen del escalamiento rápido del software, sino más bien de tecnologías intensivas en capital, como la robótica, el hardware o soluciones de ingeniería complejas.

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El sector de la tecnología de viajes y movilidad fue el segundo mayor receptor de capital de riesgo durante este período, solo por detrás del sector sanitario. Y aunque los inversores europeos tradicionalmente se han mostrado reticentes, alrededor de un tercio del dinero proviene ahora de EE. UU., un aumento significativo respecto al 23 % de hace tres años.
Entre los ganadores más visibles se encuentran empresas como la startup británica de conducción autónoma Wayve, que cerró una megaronda de financiación en 2024, e Isar Aerospace, que recaudó 150 millones de euros en junio. Sin embargo, también existen interrogantes en torno a algunos acuerdos de financiación.
En la campaña de financiación colectiva para el proveedor de movilidad Bolt, anunciada en la plataforma Crowdcube, los pequeños inversores no invirtieron directamente en la empresa, sino en un vehículo de propósito especial (SPV) creado específicamente para tal fin, denominado Bølti UK Holding Ltd. Este, a su vez, no pertenece directamente a Bolt, sino a un accionista de capital riesgo de la empresa.
La página de inicio mostraba el nombre Bolt en letras grandes, junto con cifras de crecimiento y datos del mercado, lo que daba a muchos inversores la impresión de estar invirtiendo directamente en la empresa principal. Solo en la letra pequeña se aclaraba que se trataba simplemente de acciones de este vehículo.
En la práctica, el dinero a menudo no fluye a las arcas de la empresa, sino a compras secundarias de acciones existentes. Este fue precisamente el caso: Bolt no recibió capital nuevo, sino que los accionistas individuales existentes recibieron liquidez. Para los inversores privados, esto significa la pérdida de derechos de voto, la ausencia de participación directa en la empresa y, con toda probabilidad, una mayor dilución en posteriores rondas de financiación. Bolt también aclaró al Financial Times que no estaba informado sobre la financiación colectiva del holding.
Si bien estas estructuras suponen un riesgo para la transparencia, la tendencia general que las sustenta es igualmente prometedora: Europa se está poniendo al día. Las cifras del informe de TNMT muestran claramente que el continente está ganando terreno en la carrera global de capital riesgo. Los inversores no solo se centran en modelos de plataforma, sino también, cada vez más, en hardware, infraestructura y tecnología avanzada.
Europa ya no es solo un mercado donde las startups estadounidenses ponen a prueba sus ideas o los fabricantes asiáticos consiguen ventas, sino un actor con proyección propia que atrae capital, se atreve a expandirse globalmente y goza de confianza. La creciente proporción de financiación estadounidense demuestra que los fundadores europeos están logrando convencer a los inversores internacionales de su fortaleza.
Sin embargo, el panorama financiero sigue siendo delicado. Vehículos creativos como Bølti SPV pueden tender un puente que permita a los pequeños inversores participar en grandes nombres. Pero también pueden dañar la confianza fácilmente si no se comunica claramente quién se beneficia realmente de qué.
El balance general es, por lo tanto, doble. Por un lado, las startups de movilidad en Europa están demostrando su madurez: están completando OPV, cerrando megarondas y poniéndose al día en la carrera global. Por otro lado, esta madurez conlleva una creciente responsabilidad de estructurar la financiación de forma honesta y transparente. El sector tiene una oportunidad histórica de marcar la pauta no solo tecnológica, sino también financiera.
businessinsider