La imposición de un arancel del 25% sobre el acero y el aluminio supondrá un golpe de más de 29.000 millones de dólares
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
A semanas de que venza el plazo para que Estados Unidos imponga un arancel del 25% a las importaciones mexicanas de acero y aluminio, el Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco) ha cifrado en más de 29.000 millones de dólares el golpe que supondrán las nuevas tarifas anunciadas por Donald Trump. La organización civil analizó las órdenes ejecutivas publicadas y sus anexos. En ellas se encontró que, de materializarse, las afectaciones en los productos de aluminio exportados por México excedería por mucho a las de 2018 --cuando EUA impuso por primera vez aranceles al acero y el aluminio bajo la sección 232--. El universo de productos afectados impactará al 4,7% de las exportaciones mexicanas, que equivalen a más del 1,5% del PIB de 2024.
El Imco detalla que la imposición de estos aranceles afectará a las ventas de autopartes, electrodomésticos y productos electrónicos, cruciales en la industria de al menos once entidades mexicanas. La suma de las exportaciones de estos productos rebasó los 20.000 millones de dólares en 2024 e imponer aranceles a esas industrias complicaría su funcionamiento y perderían eficiencia. De entrar en vigor, el instituto advierte de que, a diferencia de 2018, ahora se incluyen bienes manufacturados de algunas de las industrias críticas para México, como la automotriz. “De las 123 fracciones arancelarias incluidas en esta orden ejecutiva, 68 corresponden a productos elaborados en esa industria, como sistemas de aire acondicionado, tapas de vehículos y otras piezas esenciales para la manufactura y ensamble”, señala.
De entrar en vigor el próximo 12 de marzo, la inclusión de más fracciones arancelarias sujetas a aranceles representa una afectación potencial más severa para la economía mexicana de lo inicialmente anticipado. La inclusión de partes y accesorios de vehículos en estas medidas impactan de manera directa al sector automotriz, uno de los principales sectores exportadores del país. El sector manufacturero en México constituyó aproximadamente 44% del total de sus exportaciones y la industria automotriz representó 36% de todas las exportaciones en 2023.
Trump ha puesto el punto de mira sobre este insumo, crucial para la construcción de automóviles, equipo y manufacturas, con la convicción de que una gran parte de los excedentes de acero chino, exportados a bajo costo, llegan a Canadá y México, para su reexportación a Estados Unidos. El ‘muro arancelario’ que pretende imponer Trump en marzo próximo busca frenar la supuesta triangulación comercial del insumo, que perjudica a los productores estadounidenses. Este señalamiento no es nuevo, en 2018, durante su primer mandato, Trump aplicó un arancel temporal al acero y aluminio mexicanos. El panorama, aún incierto, impide saber si a estos aranceles del 25% se les sumaría la tarifa generalizada del 25% sobre todas las importaciones mexicanas, otro frente que EE UU tiene pendiente resolver con México.
México es el 15 productor de acero en el mundo, con una producción anual de casi 20 millones de toneladas anuales, sin embargo, de acuerdo con las propias cifras de la industria, el abasto es insuficiente ante un consumo de más de 28 millones de toneladas de acero anuales, cuya diferencia se cubre con la importación, principalmente de Estados Unidos (32,5%), Corea del Sur (15,5%) y China (11%).
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Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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