Shein, Temu y el futuro del e-commerce chino en medio de aranceles y tensiones políticas

En los últimos años, plataformas como Shein y Temu se han convertido en fenómenos del comercio electrónico global, especialmente en Estados Unidos, donde millones de consumidores las utilizan para comprar ropa, accesorios, electrónicos y artículos para el hogar a precios extremadamente bajos. Estos precios son posibles gracias a un modelo de negocio basado en el envío directo desde fábricas chinas, con costos mínimos y sin intermediarios.
Ambas plataformas han ganado popularidad con campañas agresivas en redes sociales, influencers y promociones de envío gratuito. Sin embargo, el nuevo panorama comercial marcado por aranceles del 145 % a productos chinos amenaza con desestabilizar este modelo.
La clave del éxito de Shein y Temu es su sistema de “direct-to-consumer” (DTC). Este modelo elimina distribuidores, almacenes locales y grandes inventarios, lo que les permite vender a precios mucho más bajos que marcas tradicionales. En este sistema, los productos se fabrican en China, se empacan allí y se envían directamente al cliente final en EE.UU.
Este enfoque es altamente dependiente de una cadena logística internacional barata y rápida. Sin embargo, con los nuevos aranceles, cada paquete que cruce la aduana desde China podría estar sujeto a un costo adicional que haga inviable seguir ofreciendo productos a precios de ganga.
Hasta ahora, muchos envíos de Shein y Temu aprovechaban una exención aduanera conocida como “de minimis”, que permite importar productos individuales por debajo de un valor de $800 sin pagar aranceles. Esta política, pensada originalmente para envíos personales, ha sido aprovechada por estas plataformas para evadir impuestos a gran escala.
Con el endurecimiento de la postura del gobierno de Donald Trump frente al comercio chino, existe una creciente presión para reformar o eliminar el régimen “de minimis”, lo que significaría que cada paquete pasaría a ser arancelado sin importar su valor.
Tanto Shein como Temu han comenzado a explorar formas de mantener su modelo vivo. Algunas de sus estrategias incluyen:
- Establecer centros de distribución en México o Canadá para triangular los envíos y evitar aranceles directos desde China.
- Acelerar el traslado parcial de manufactura a países como Vietnam, Bangladesh o Turquía.
- Desarrollar alianzas con marcas locales o proveedores estadounidenses para mantener presencia en el mercado sin depender exclusivamente de la logística china.
Shein, por ejemplo, ya abrió oficinas en EE.UU. y ha comenzado a ensayar producción en México como parte de su plan de expansión global.
El gran atractivo de estas plataformas es su oferta de productos extremadamente baratos. Pero si los aranceles se mantienen y se elimina el acceso al “de minimis”, muchos de los artículos vendidos por menos de $5 podrían duplicar o triplicar su precio final, eliminando el atractivo frente a minoristas locales como Target, Walmart o Amazon.
Para los consumidores estadounidenses, esto significa una posible reducción en la variedad y el volumen de compras impulsivas, especialmente entre jóvenes y compradores de bajos ingresos, quienes han sido los usuarios más frecuentes de estas plataformas.
Shein y Temu no solo son tiendas virtuales; son parte de la cultura digital. Influencers, youtubers y tiktokers construyen contenido a partir de “hauls” (videos mostrando compras masivas), lo que refuerza una mentalidad de consumo rápido y basado en tendencias efímeras.
Si los precios suben, muchos creadores de contenido podrían abandonar estas plataformas o cambiar de enfoque. Esto tendría un impacto directo en las ventas y la visibilidad de estas marcas, cuya estrategia publicitaria depende en gran medida del contenido generado por usuarios.
A medida que el modelo chino se vuelve menos viable, podríamos ver un resurgimiento de marcas locales o de nuevas plataformas que apuesten por producción regional con entregas más rápidas, aunque a precios más altos. También podrían surgir nuevos actores en el Sudeste Asiático que repliquen el modelo DTC desde otros países con menos restricciones.
Por otro lado, plataformas como Amazon, que ya cuentan con infraestructura establecida y relaciones con fabricantes globales, podrían absorber a parte de los consumidores que migren desde Temu y Shein.
El auge de Shein y Temu representó una etapa de desglobalización acelerada del comercio electrónico, con productos a bajo costo, envíos rápidos y barreras mínimas. Pero las tensiones políticas, los aranceles y la presión para regular el comercio digital están forzando una transformación profunda.
Lo que está en juego no es solo el modelo de estas plataformas, sino el futuro del e-commerce transfronterizo, el equilibrio entre libre comercio y protección económica, y el papel de los gobiernos en regular plataformas digitales con impacto global.
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La Verdad Yucatán