Aventura familiar: fotos y anécdotas de la mendocina que recorre América en bici con su pareja y su perra

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En los ocho meses que llevan pedaleando por su sueño, Sol, Luciano y Jengibre ya recorrieron y atravesaron cuatro estados de Brasil (desde Rio de Janeiro hasta la frontera con Argentina), ingresaron a Argentina por Misiones y, desde allí, siguieron por Corrientes, Entre Ríos, Buenos Aires y, por medio de toda la Ruta 7, llegaron a Mendoza hace algunas semanas.

En 2022, en plena pandemia de Covid-19 y cuando ya las restricciones habían sido flexibilizadas, Soleil Cayrol llegó hasta Rio de Janeiro (Brasil). De mochilera, combinando colectivos con quienes viajes a dedo, la joven mendocina llegó a tierras cariocas. Allí conoció a Wilton Luciano.

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"Yo todavía ni siquiera tenía una bicicleta y conocí a Luciano. Fue en junio del año pasado, él era de Ceará -cerca de Fortaleza (al Norte de Brasil)- y venía bajando en bici ya desde allá hasta que llegó a Rio de Janeiro. Conectamos en el momento y justo coincidió con que yo tenía ganas de hacer un viaje largo en bici desde hacía tiempo", recuerda Sol.

Siempre con Paraty (en las afueras de la ciudad de Rio) como campo base, pusieron en condiciones una vieja bicicleta que consiguió la mendocina, y a finales de agosto de 2024 comenzaron su viaje.

La primera parte fue, literalmente, cuesta arriba. Porque debieron completar un tramo de 15 kilómetros con destino a las sierras de Paraty. Y, desde entonces, no se bajaron de la bicicleta.

Pedaleando mientras los acompaña la luz del sol y durmiendo en paradisíacas playas tranquilas, acomodados en los rincones de alguna construcción abandonada al costado del camino o en donde los invitaron aquellas hospitalarias personas con quienes la vida los ha cruzado. Así han transcurrido estos ocho meses para Sol, Luciano y Jengibre por las rutas argentinas (y brasileñas).

El verano pasado, por ejemplo, se quedaron por la temporada en una isla remota y tranquila en el estado de Sao Paulo. Allí no solo que se instalaron y durmieron por las noches -sin grandes sobresaltos-, sino que además trabajaron en un kiosquito ubicado en la playa, lejos de todo.

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"Hemos conocido lugares preciosos viajando en bici por todo el continente. Y siempre vamos buscando formas de mantenernos y ganarnos la vida por donde andamos", cuenta la joven mendocina.

Vía Instagram (@bicicletas.livres), la familia comparte periódicamente fotos y videos de los lugares por donde pasa su itinerario. Son más de 35.000 los seguidores que se han sumado a esta red social para, justamente, seguirlos y sentir que viajan con la pareja y su perrita.

Durante los próximos cuatro meses, Soleil, Luciano y Jengibre permanecerán en Mendoza. La idea de los jóvenes es poder trabajar en Alta Montaña y en actividades al aire libre. Y, una vez que pase el invierno y las temperaturas vuelvan a ser agradables, enfilarán sus bicicletas hacia el Sur.

"Queremos ir a la Patagonia en septiembre. Nuestra idea es llegar hasta el Sur del lado argentino, cruzar a Chile y hacer toda la carretera austral y volver hacia el norte hasta Atacama. De ahí seguir a Bolivia, Perú, continuar hasta el norte y volver a Brasil desde Colombia. De hecho. Luciano es de Ceará, que está muy cerca del límite con Colombia y Venezuela", destaca la mendocina.

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Al llegar a su ciudad, Luciano habrá conseguido dar la vuelta a América del Sur y llegar al punto de partida para demostrar que, como inmortalizó La Renga, "el final es en donde partí".

"Vamos pensando en pequeños grandes tramos. Ahora queremos llegar a la Patagonia y cruzar a Chile, y después iremos viendo'", acota Soleil.

A lo largo de los cuatro estados brasileños y las siete provincias argentinas por las que Luciano y Soleil han pedaleado -con Jengibre siempre viajando en su cajita-, las anécdotas son infinitas. No obstante, ninguno de esos momentos los ha encontrado ante un riesgo o una idea de replantear por qué están haciendo lo que están haciendo.

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"Estamos realmente disfrutando el viaje. Hemos dormido en playas hermosas, en estructuras abandonadas y la reacción de la gente que conocemos siempre ha sido la mejor. Muchas veces llegamos a un lugar, les contamos de nosotros y del viaje, se enganchan con las historias y nos invitan a comer y dormir", explica.

Hace poco más de tres semanas, en el tramo que los llevó desde Alto Pencoso (San Luis) hasta Desaguadero, la pareja y su "perrhija" volvió a sentir la calidez y solidaridad de las personas.

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"Estábamos en San Luis y sentimos que la bici se nos empezó a desinflar, se había pinchado con espinas de las rosetas. La rueda de Luciano se trabó porque se había salido el eje de la maza. Entonces, en un momento dejó de girar y quedamos tirados al costado de la ruta", rememora Sol.

Allí estaban los tres, cuando una imprevista y nutrida comitiva los sorprendió mientras estaban al costado de la banquina.

"En un momento miramos para atrás y vimos que venían muchísimas personas, todas en bicicletas dobles. Era un grupo de ciclistas ciegos, que eran guiados por quienes venían en la parte delantera de la bici y que eran quienes pedaleaban. Venían escoltados por tres motos de policía y una camioneta, y nos ayudaron subiéndonos a la camioneta", recordó Soleil Cayrol.

Cuando Jengibre llegó a la vida de Soleil, la aventura en pedales ni siquiera estaba en la mente de la mendocina. Sin embargo, a la perrita no le costó demasiado adaptarse a la vida sobre ruedas.

"Es hermosa, tiene un año y medio y casi que ha sido criada en la bicicleta. De hecho, entiende algunas palabras comando y responde. Es muy cariñosa y, cuando vamos andando, va en todo momento subidita en una caja de plástico. Además, lleva su cama en el lugar", cuenta con ternura la mendocina.

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Hasta tanto comiencen con su proyecto de trabajar en temporada de invierno, Soleil se está dedicando al cuidado de niños y bebés desde que regresó a Mendoza. Pero, además, el estado de su bicicleta ha llevado a la joven a tener que buscar ayuda.

"Mi bicicleta es rodado 26, es chiquitita y vieja, de los 90. Pero eso, sumado a que a Jengibre la llevo yo, lleva a que necesite una bici rodado 29. Por eso estoy buscando una bici así ahora. Estoy en plan de conseguir elementos para la bici, si alguien o alguna bicicletería quieren colaborar. También necesitamos abrigo, porque el invierno pedaleando es complicado", se sincera. Quienes deseen colaborar, pueden contactarse con los viajeros al Instagram (@bicicletas.livres).

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Y acota que, a cambio de esa ayuda, puede ofrecer la visibilidad que le da esa red social y sus más de 35.000 seguidores.