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La economía de España pierde ritmo ante el frenazo de la demanda externa: el PIB crece 2,8% en el primer trimestre

La economía de España pierde ritmo ante el frenazo de la demanda externa: el PIB crece 2,8% en el primer trimestre

La economía de España empieza a perder algo de vigorosidad, aunque sigue creciendo a un ritmo mucho más elevado que el resto de la zona euro. El PIB registró una variación del 0,6% en el primer trimestre respecto al trimestre anterior en términos de volumen, un dato que queda levemente por debajo del 0,7% que había estimado el mercado. Esta tasa fue una décima menor que la del cuarto trimestre de 2024. La variación interanual del PIB fue del 2,8%, frente al 3,3% del trimestre precedente. La demanda nacional aportó 3,2 puntos y la externa contribuyó con -0,4 puntos: el resultado de estas dos contribuciones es el crecimiento del 2,8% mencionado, cinco décimas menos que en el trimestre precedente. Las horas trabajadas variaron un 2,1% interanual y el empleo en términos de ocupados equivalentes a tiempo completo un 2,9% -en comparación con el 2,5% y el 2,2% del trimestre precedente-.

De este modo, el PIB de España registró una variación interanual del 2,8% en el primer trimestre del año, lo que supone una desaceleración de cinco décimas respecto al trimestre precedente, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esta ligera moderación refleja un crecimiento todavía sólido, pero con señales de pérdida de impulso respecto a finales de 2024.

La demanda nacional fue el principal motor de la economía, aportando 3,2 puntos porcentuales al crecimiento interanual del PIB. En cambio, la demanda externa restó 0,4 puntos, lastrada por la evolución de las exportaciones y las importaciones. Todo hace indicar que el motor del sector exterior podría estar empezando a dar señales de agotamiento con un crecimiento muy inferior al de la primera parte de 2024 (aunque en términos trimestrales muestra una mejora, lo que puede parecer un tanto contradictorio).

En términos de demanda, el gasto en consumo final creció un 3,4%, tres décimas menos que en el trimestre anterior. Dentro de este apartado, el consumo de los hogares se moderó ligeramente hasta una tasa del 3,5%, mientras que el gasto de las Administraciones Públicas aumentó un 3,1%, siete décimas por debajo de su ritmo anterior. Por su parte, la formación bruta de capital mejoró ligeramente, con un crecimiento del 3,3%, una décima más que en el trimestre previo.

El sector exterior frena

El sector exterior mostró un comportamiento más débil (tanto exportaciones como importaciones perdieron ritmo). Las exportaciones de bienes y servicios crecieron un 2,1% interanual, 1,1 puntos menos que en el último trimestre de 2024. Las importaciones, por su parte, aumentaron un 3,6%, registrando una desaceleración de tres décimas. Desde la óptica de la oferta, todos los grandes sectores de actividad presentaron tasas interanuales positivas. El valor añadido bruto de las ramas industriales ascendió un 2,4%, con la industria manufacturera creciendo un 2,5%. La construcción también mostró avances, con un aumento del 1,8% respecto al primer trimestre del año anterior. Los servicios crecieron un 3,3%, mientras que las ramas primarias, que incluyen agricultura, ganadería, silvicultura y pesca, registraron el mayor incremento, con un 5,5%.

Cuando se analizan los datos trimestrales, la demanda nacional siguió siendo el principal impulsor del crecimiento trimestral, contribuyendo con 0,4 puntos al avance del PIB, mientras que la demanda externa añadió 0,2 puntos. Dentro de los componentes de la demanda, el gasto en consumo final de los hogares aumentó un 0,4% y el de las Administraciones Públicas lo hizo un 0,2%. La formación bruta de capital, que refleja la inversión, también avanzó, con un incremento del 0,6% respecto al trimestre anterior.

Desde la óptica del comercio exterior, los datos trimestrales muestran una mejora que contrasta con los datos interanuales, sin embargo, esta mejora trimestral podría ser simplemente una mejora coyuntural que no marque una tendencia, aunque esto no se sabrá hasta que se publiquen nuevos datos de PIB. Las exportaciones de bienes y servicios repuntaron con fuerza, anotando una tasa intertrimestral del 1%, nueve décimas más que en el cuarto trimestre. Por su parte, las importaciones crecieron un 0,7%, moderándose seis décimas.

Todos los grandes sectores crecen

En cuanto a la oferta, todos los grandes sectores económicos registraron tasas positivas. Las ramas industriales crecieron un 1,1% intertrimestral, con la industria manufacturera acelerando su ritmo hasta el 0,8%. La construcción aumentó un 0,4%, aunque sufrió una notable desaceleración de 2,2 puntos respecto al trimestre previo. El sector servicios también se moderó, con un crecimiento del 0,3%. La mayor sorpresa vino de las ramas primarias, que rebotaron un 7,1% tras haber caído un 0,7% en el trimestre anterior.

Este dato llega una semana después de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) elevase con intensidad las previsiones de crecimiento (por el efecto arrastre) para la economía española. El último informe de perspectivas económicas del FMI, publicó el pasado martes, recogía la subida de dos décimas para España, que se sitúa a la cabeza del crecimiento europeo, con un avance previsto del 2,5%, aunque con tendencia a desacelerarse e igualarse a la media de la región en 2026. Por el contrario, el FMI recortó las previsiones de Alemania, Francia e Italia, dentro de la zona del euro, y también la del Reino Unido, que avanzará el 1,1%, medio punto por debajo del último pronóstico. También redujo las previsiones de crecimiento mundiales, las de EEUU o China.

Esta desaceleración de la economía se produce en un contexto de destrucción de empleo en los primeros meses del año, el mercado laboral había sido el motor de crecimiento que ha mantenido la actividad muy por encima de los niveles europeos durante los últimos trimestres. La economía de España ha mostrado un buen rendimiento pese a que el mercado laboral ha comenzado el año con mal pie... es decir, destruyendo empleo en términos netos. El mercado laboral estrenó 2025 con 92.500 ocupados menos y 193.000 nuevos parados que ha supuesto un incremento de la tasa de desempleo hasta el 11,36%, cuando a finales de 2024 este indicador había caído por debajo del 11% por primera vez en 16 años. Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) que publica este lunes el Instituto Nacional de Estadística (INE) dibujan un comportamiento del empleo en el primer trimestre marcado por la ausencia del revulsivo de la Semana Santa, celebrada en abril. El total de ocupados se situó a cierre de marzo en 21.765.400 y el cómputo de personas sin trabajo, en 2.789.200, tras el peor primer trimestre para el paro de los últimos 12 años.

Los inicios de año habitualmente recogen un desempeño negativo del mercado de trabajo por la alta carga estacional del periodo, principalmente por el fin de la campaña navideña, y, en esta ocasión, además, entre enero y marzo no se contó con las contrataciones de refuerzo para el puente de Semana Santa, que, sobre todo, impulsan la hostelería y los servicios -aunque el año pasado no tuvo efecto positivo.

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eleconomista

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