Las ventajas y desventajas de que Portugal y España sean una 'isla' energética'

La Península Ibérica está considerada una 'isla energética'. Esto quiere decir que está poco conectada al resto de la red eléctrica europea, por lo que hay pocas líneas de transmisión entre los dos países con el resto del Viejo Continente, especialmente a través de los Pirineos. Esto reporta ciertas ventajas y desventajas para ambos países.
La poca vinculación de la Península al resto de Europa supuso un gran beneficio cuando Rusia cortó los suministros energéticos tras la invasión de Ucrania. Esta situación trajo consigo la exención ibérica o el también llamado "mecanismo ibérico", una medida temporal adoptada por España y Portugal en junio de 2022 para limitar el precio del gas natural usado para generar electricidad.
El objetivo principal era el de reducir el precio de la electricidad en el mercado mayorista, que se había disparado debido a la guerra de Ucrania y la dependencia europea del gas ruso.
La Unión Europea permitió este mecanismo debido, precisamente, a la situación excepcional de la Península Ibérica y esa prácticamente nula interconexión eléctrica con el resto de Europa. Asimismo, ambas naciones cuentan con una amplia gama de energías renovables. Las consecuencias de esto fueron una caída del precio mayorista de la electricidad con respecto a otros países europeos, lo que benefició a la industria electrointensiva y a los consumidores con tarifas indexadas al mercado mayorista.
Pero claro, el hecho de que la Península esté tan 'aislada' del resto también tiene importantes desventajas como las vividas en el apagón de este lunes. El hecho de que se produzca un problema grave de estas características, ambos países están "vendidos" a su suerte y, como sucedió en Portugal, tuvieron que restablecer el suministro con sus propios recursos, frente a España, que pudo usar energía procedente de Francia y Marruecos.
Es cierto que la suerte no jugó a favor del país vecino en el momento del apagón. Se encontraba "en un momento de importación", explicaba João Faria Conceição, Administrador de la REN. Esto quiere decir que, como es habitual, estaban aprovechando "la energía más barata, que es la producida por las centrales solares de España".
Pero, tal y como dijo el primer ministro luso, Luís Montenegro, "aunque no estuviésemos importando energía, un suceso de estas características afectaría igualmente a Portugal". Para el primer ministro, lo importante a cuidar en el futuro "es tener mecanismos de seguridad más desarrollados para poder evitar que ocurra un evento como este, con este impacto".
Portugal y España están interconectados por nueve líneas a lo largo de la frontera que facilitan el intercambio de energía entre los dos países, así que todo lo que sucede en un lado tiene repercusiones en ambos lados.
El verano pasado, Maria da Graça Carvalho, ministra de Medio Ambiente de Portugal, y ministra para la Transición Ecológica y vicepresidenta tercera de España por aquel entonces, Teresa Ribera, colaboraron codo con codo para que este 'aislamiento energético' saltase a la agenda de la Unión Europea.
Ambas líderes acordaron unir suf fuerzas y hacer frente a la oposición francesa a las interconexiones eléctricas con Europa y expresar la necesidad de que esta 'isla energética' cruce los Pirineos para comprar o vender energía a Europa. El hecho de que desde París sean más reticentes a que esto ocurra es porque son los mayores productores de electricidad del Viejo Continente gracias a su amplia red de centrales nucleares.
Ambas ministras trabajaron en conjunto para que la negociación no fuese bilateral entre la Península y Francia, y que la Comisión Europea interviniese en las negociaciones. "Queremos pedir a la Comisión que haga de esto un asunto europeo", declaraba la líder portuguesa por aquel entonces.
Otro de los argumentos que esgrimían tanto Riberas como Graça es que este aislamiento energético no permitió a España y Portugal ayudar a otros países europeos durante la crisis energética que provocó el corte de suministro ruso.
Esta red compartida es clave para el funcionamiento eficiente del Mercado Ibérico de Electricidad (MIBEL), donde se negocian las transacciones de energía que posteriormente deben circular entre ambos territorios. En este contexto, tanto la Red Eléctrica de España como la portuguesa Rede Eléctrica Nacional han realizado importantes inversiones a lo largo del tiempo. Una de las más recientes es una nueva interconexión entre la región del Miño y Galicia, que une las subestaciones de Beariz y Fontefría en el lado español con la zona de Oporto en Portugal, a través de las infraestructuras en Ponte de Lima y Vila Nova de Famalicão.
eleconomista