Qué es el 'señoreaje' y cómo este instrumento puede afectar a las finanzas de un país

¿Sabía que el Estado puede ganar dinero… simplemente por imprimirlo? En economía, ese concepto es conocido como señoreaje y hace referencia al ingreso que puede obtener un gobierno cuando el dinero que emite vale más de lo que cuesta producirlo.

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En otras palabras, el término alude a la diferencia que existe entre el valor nominal (tanto de billetes como de monedas) y su costo de producción.

Para entenderlo mejor, aquí hay un ejemplo hipotético: si al gobierno colombiano le costase $5.000 la emisión de un billete de $50.000, el señoreaje sería equivalente a $45.000 o la diferencia entre ambas cantidades.

Esta práctica le da a un país el potencial de obtener ganancias al producir dinero. De ahí que, en algunos casos, naciones han optado por la emisión de dinero cuando los ingresos por impuestos o exportaciones no son suficientes. En especial, en momentos de crisis económica o desastres, que es cuando se necesita liquidez inmediata.

El señoreaje entonces funciona como un instrumento de política monetaria que, además de lo ya mencionado, puede emplearse para inyectar dinero en la economía, estimular la inversión, respaldar programas de gasto y regular la oferta monetaria.

Vale la pena destacar que lo anterior no aplica en todos los casos. De hecho, en algunas situaciones, la producción de moneda puede resultar en una pérdida en lugar de una ganancia para el gobierno que la crea.

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Entonces... ¿hay que imprimir más dinero?

No necesariamente. Si bien el señoreaje puede servir como una fuente de financiación, este término también está asociado con la cantidad de bienes o servicios que un gobierno puede adquirir mediante la impresión de nuevos billetes.

En ese orden de ideas, abusar de este tipo de instrumento puede derivar en consecuencias graves en términos inflacionarios y de confianza monetaria. Esto se explica porque cuando un gobierno ejerce señoreaje creando nuevo dinero, aumenta la oferta monetaria. Si este aumento supera el crecimiento de los bienes y servicios en la economía, puede generar inflación.

De hecho, un ejemplo de una nación que ha puesto en marcha esta práctica es Venezuela y de su uso excesivo.

El vecino país empleó el señoreaje como 'atajo' para solventar déficits fiscales cuando otras vías de financiamiento (impuestos, deuda o inversión) estaban cerradas o eran políticamente inviable. De ahí entrará en un estado de hiperinflación.

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