Sin explicaciones y sembrando dudas

Pedro Sánchez arremete contra los operadores privados pese a no ofrecer las causas del apagón. El presidente dice que las centrales nucleares frenaron el restablecimiento del servicio eléctrico.
Aunque todavía no ha explicado las causas del inédito apagón que paralizó toda España este lunes, el presidente del Gobierno arremetió ayer contra los operadores privados del sistema eléctrico y los defensores de la energía nuclear. Pedro Sánchez repite así la estrategia seguida en crisis precedentes como la pandemia, la espiral inflacionista o las riadas del pasado mes de octubre que devastaron los alrededores de Valencia. Señalar culpables antes de ofrecer una explicación razonable de lo sucedido. En la comparecencia tras el Consejo de Ministros monográfico sobre la crisis eléctrica posterior a la reunión del Consejo de Seguridad Nacional, se limitó a prometer que investigará a fondo lo sucedido manteniendo abiertas todas las posibilidades, incluido el escenario de que la red eléctrica hubiese sido saboteada o sufriera un ciberataque a pesar de que unas horas antes tanto el gestor único del sistema, la empresa de participación estatal Redeia, como la Comisión Europea los habían descartado. Es decir, que lejos de ofrecer certezas, 24 horas después del apagón Sánchez se afanó en extender sospechas.
A oscurasEl presidente del Gobierno excusó la falta clamorosa de información a la ciudadanía durante las primeras horas del apagón en que debía hacerlo cuando hubiera datos que trasladar a la opinión pública, pero lo cierto es que sus dos intervenciones, mientras buena parte del país estaba sin suministro eléctrico, no sirvieron para arrojar luz a la opinión pública. Tanto a las seis de la tarde como a las once de la noche Sánchez se limitó a ofrecer un relato de lo sucedido y sobre las complicadas tareas para restaurar de forma progresiva el servicio en todo el territorio nacional gracias a la ayuda de Francia con producción nuclear y de Marruecos gracias a sus centrales hidráulicas. Al respecto, el líder del principal partido de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, denunció que obtuvo más información detallada respecto de la situación crítica que dejó desabastecida a toda la Península ibérica del primer ministro portugués, Luis Montenegro, quien a media tarde ya señaló a graves alteraciones en la frecuencia que da estabilidad al sistema eléctrico procedentes de nuestro país, que del inquilino de la Moncloa.
Hostilidad con el sectorLa relación del Gobierno con el sector eléctrico ha pasado por momentos tensos en los últimos años debido al empeño de Sánchez y su anterior vicepresidenta para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, hoy número dos de la Comisión Europea, por imponer su visión ideológica en la planificación energética de la cuarta economía de la zona euro, condicionada de forma inevitable por la falta de interconexiones con el resto del continente, que apenas representan un 3% del total. Ayer citó a los representantes de las principales productoras y del gestor de la red a una reunión en la Moncloa poco después de haberlas puesto en el disparadero ante la opinión pública.
Ataque injustificadoTras lo sucedido el lunes, la decisión de marginar a la energía nuclear en contra de lo que están haciendo la mayoría de los países de nuestro entorno y de las necesidades evidentes de fuentes con capacidad suficiente de respaldo en un sistema que ha vivido una explosión sin precedentes de la generación renovable pone al Ejecutivo contra las cuerdas. Numerosos expertos apuntaron que una mayor aportación de la producción atómica habría contribuido a estabilizar el sistema tras el fenómeno imprevisto que provocó la desaparición de 15 gigavatios de capacidad en sólo cinco segundos. Pero Sánchez negó tal extremo de forma categórica y proclamó que lejos de haber podido ser parte de la solución habrían sido un lastre para restablecer el suministro porque hubo que derivar parte de la electricidad disponible a refrigerar sus núcleos. Una visión sesgada de lo sucedido, pues ocultó que parte de estas instalaciones permanecían paradas en el momento del colapso súbito del sistema eléctrico por una indicación expresa del gestor único del mismo. Este sectarismo no servirá para poder extraer las lecciones de esta crisis y tomar las medidas para que no pueda repetirse.
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