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Parto prematuro: riesgos, complicaciones y cuidados del bebé

Parto prematuro: riesgos, complicaciones y cuidados del bebé

Un embarazo a término suele durar entre 37 y 42 semanas de gestación. Pero ¿qué pasa cuando el parto se adelanta? Cada año, aproximadamente 15 millones de bebés nacen en el mundo antes de la semana 37, lo que los califica como prematuros.

La prematuridad conlleva una inmadurez en los órganos y sistemas vitales, lo que puede comprometer seriamente su desarrollo. Según los criterios médicos, se considera prematuro extremo a un bebé que nace antes de la semana 28 de gestación, y muy prematuro, entre las semanas 29 y 31. “El límite de la viabilidad oscila entre la semana 23 y 24 de gestación”, señala la doctora Ana Herranz, neonatóloga del Hospital Clínic Barcelona. A su vez, indica que “de todos los niños que nacen prematuros, más o menos el 80% nace después de la semana 32”.

Durante el embarazo, hay señales que pueden alertar sobre el riesgo del parto prematuro. Entre ellas, el sangrado entre el segundo y el tercer trimestre, la pérdida del líquido amniótico —ambos posibles síntomas de la rotura prematura de membranas—, o la aparición de contracciones uterinas. Ante cualquiera de estos signos, es fundamental acudir al médico, quien realizará una exploración física y podrá complementar el diagnóstico con una ecografía vaginal, un registro cardiotocográfico o una analítica sanguínea para descartar complicaciones.

El límite de la viabilidad oscila entre la semana 23 y 24 de gestación Doctora Ana HerranzNeonatóloga del Hospital Clínic Barcelona

¿Cómo se estabiliza al bebé prematuro?

Después del parto, el recién nacido experimenta de forma espontánea y natural una serie de cambios vitales relacionados con la función pulmonar, la circulación sanguínea y el aparato digestivo, entre otros. En los partos prematuros es frecuente que el neonatólogo deba intervenir con maniobras para estabilizar al neonato.

Los bebés que nacen antes de la semana 34 suelen ser trasladados a la incubadora de la unidad de cuidados intensivos neonatales, donde se controla su temperatura corporal y se monitorizan sus constantes cardiorrespiratorias. Además, es habitual que requieran dispositivos adicionales, como sondas para la alimentación, catéteres o bombas de infusión para la administración de fármacos, así como sistemas de soporte respiratorio.

¿Cuáles son las complicaciones más frecuentes?

A pesar de recibir estos cuidados, los bebés prematuros se enfrentan a diversos riesgos. Entre las complicaciones más habituales se encuentran las dificultades en el desarrollo y maduración pulmonar, el retraso en el crecimiento y las alteraciones neurosensoriales, cognitivas o del comportamiento. “Los aspectos que más preocupan a los neonatólogos son los relacionados con los pulmones, el sistema nervioso, el aparato digestivo y el riesgo de infección”, explica la doctora Herranz.

Otras posibles complicaciones incluyen un mal control de los niveles de glucosa en sangre, anemia, coloración amarilla de la piel por el ascenso de la bilirrubina, insuficiencia respiratoria, hemorragia cerebral o daño en la sustancia blanca cerebral. También pueden aparecer problemas como la persistencia del conducto arterioso, las apneas o una inflamación intestinal grave.

Los aspectos que más nos preocupan a los neonatólogos son los relacionados con los pulmones, el sistema nervioso, el aparato digestivo y el riesgo de infección Doctora Ana HerranzNeonatóloga del Hospital Clínic Barcelona

Las infecciones más comunes en los bebés prematuros son la sepsis, la neumonía o la meningitis, debido a la inmadurez de sus mecanismos de defensa o al hecho de haber nacido antes de que se complete la transferencia de inmunoglobulinas maternas. Para tratarlas, se recurre habitualmente a antibióticos.

El tratamiento de otras complicaciones puede incluir oxígeno suplementario o asistencia ventilatoria en el caso de dificultad respiratoria, nutrición especializada para favorecer un crecimiento adecuado —siendo la leche materna el alimento más recomendado—, o soporte hemodinámico cuando hay alteraciones de la frecuencia cardíaca o la tensión arterial. En algunos casos, el neonato puede requerir ingreso en la Unidad de Cuidados Intensivos.

¿Cuáles son los factores de riesgo?

La doctora Herranz explica que “en los últimos años está aumentando la tendencia a la prematuridad a nivel global”. Este incremento se debe, principalmente, al auge de las técnicas de reproducción asistida, y al aumento de la edad materna. Sin embargo, los principales factores de riesgo de un parto prematuro son de origen uterino —como cirugías previas o malformaciones—, complicaciones durante el embarazo, gestaciones múltiples, un intervalo inferior a seis meses entre un parto y una nueva gestación, el consumo de tabaco u otras sustancias tóxicas, la ansiedad y la depresión.

Por otro lado, las mujeres con bajo peso o, por el contrario, con obesidad, también presentan un mayor riesgo de parto prematuro. Además, las mujeres de origen afroamericano o afrocaribeño tienen el doble de probabilidad de dar a luz de forma prematura en comparación a las de origen caucásico. Haber tenido un parto prematuro previo también aumenta significativamente las posibilidades de que vuelva a repetirse.

Aunque algunos factores de riesgo no pueden evitarse, existen recomendaciones para reducir las posibilidades de un parto prematuro. Entre ellas, se aconseja dejar al menos 12 meses entre un parto y una nueva gestación, abandonar el consumo de tabaco y otras sustancias nocivas, corregir déficits nutricionales y casos de anemia, y asegurar una ingesta adecuada de ácidos grasos omega-3 y probióticos. Además, algunas mujeres con antecedentes de prematuridad pueden hacer un seguimiento en unidades especializadas.

La prematuridad sigue siendo una de las principales causas de mortalidad infantil en el mundo. El pronóstico depende, en gran medida, del grado de prematuridad: cuanto más temprano es el nacimiento y menor el peso del bebé, mayor es el riesgo de complicaciones. Sin embargo, no es posible predecir con certeza el desenlace clínico a largo plazo solo a partir de estos datos.

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