En Washington, una masiva movilización por los derechos LGBT ante las amenazas de la administración Trump

Las banderas arcoíris inundaron las calles de Washington el sábado 7 de junio, con miles de personas marchando en el WorldPride, un evento internacional en defensa de los derechos LGBT, una marcha que pareció burlarse de los repetidos ataques de Donald Trump.
"Teníamos que demostrar a esta administración que estamos unidos y que no nos pueden desmembrar", declaró a la Agence France-Presse Amy Froelich, una artista y profesora de 46 años, vestida con un mono con los colores del arcoíris.
“Todas las leyes, todas las protecciones por las que tanto trabajamos están siendo revocadas”, lamenta, sentada con su esposa en sillas verdes. “Necesitamos apoyar a nuestros hermanos y hermanas de la comunidad trans”.
Desde su regreso a la Casa Blanca en enero, Donald Trump ha frenado el progreso en materia de derechos LGBT, en particular para las personas transgénero. El día de su investidura, proclamó que solo existían "dos sexos, masculino y femenino" y una sola "verdad biológica". Desde entonces, ha intentado prohibir el servicio militar a las personas transgénero y limitar el acceso a tratamientos de transición de género.
Los temores de la comunidad LGBTEn la línea de salida del desfile, Laverne Cox, actriz transgénero estadounidense, conocida por su papel en la serie "Orange is the New Black" , se dirigió a la multitud. "Sabía que tenía que estar allí, rodeada de mi comunidad, porque me dan mucha esperanza", dijo entre aplausos. "No confío en nuestro gobierno (...) pero tengo fe en ustedes, en todos y cada uno de ustedes", añadió.
A pocos metros, en el techo de un autobús que encabeza el desfile, Yasmin Benoit saluda a la multitud. Vino expresamente del Reino Unido para "mostrar su apoyo a la comunidad LGBT en Estados Unidos ". "Estamos literalmente a las puertas de Trump, y estoy segura de que no está contento", sonríe la modelo y activista de 28 años, quien afirma haber tenido dificultades para entrar al país. "No es la forma más fácil de llegar, pero por eso es aún más importante intentarlo", añade.
Las políticas del presidente estadounidense y su gobierno están en la mente de todos este año. Sentada a la sombra con una amiga, Ginny Kinsey admite sentir que una "gran nube negra" la ha estado cerniendo sobre ella desde principios de año. Explica, en particular, que su esposa, quien trabajaba para el gobierno federal, que actualmente enfrenta importantes recortes presupuestarios, tuvo que cambiar de trabajo. Y "tomó la decisión de no decir que era gay en su nuevo trabajo, aunque lo había dicho en el anterior", explica la profesora de arte de 42 años, lamentando que "la gente se esté escondiendo de nuevo".
Intentando refrescarse con su abanico bajo el abrasador sol de Washington, Bill George, de 74 años, vino hoy principalmente para celebrar "quiénes somos". "Somos tan seres humanos como cualquier otra persona", insiste el jubilado, quien se declaró gay en 1975 y ha participado en numerosas protestas a lo largo de las décadas por los derechos LGBT, los derechos humanos y los derechos civiles. "El conservadurismo es una ola que se nos viene encima otra vez" , añade, manifestando su enojo con la actual administración. Así que "protestaremos contra cualquier cosa que consideremos injusta".
El mundo con AFP
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