«Berlín Occidental se ha convertido en mi calle»: Emine Sevgi Özdamar, obrera turca convertida a Bertolt Brecht

Tras salir de Estambul, llega a Berlín Occidental tras tres días y tres noches de viaje, en un tren en el que solo viajan mujeres turcas. Corre el año 1965 y Emine Sevgi Özdamar tiene 19 años. Cuatro años antes, durante la Guerra Fría, la República Federal de Alemania (RFA) firmó un acuerdo con su país para integrar a Turquía en el bloque occidental. Pero también para atraer una mano de obra que escasea en un país en pleno crecimiento: solo 180.000 alemanes están registrados como desempleados, mientras que más de 500.000 puestos de trabajo siguen sin cubrir. Turquía, por su parte, se enfrenta a una fuerte expansión demográfica y a un importante déficit comercial. Es este país el que impulsa el acuerdo, con el fin de «animar a los trabajadores turcos a venir a trabajar a la RFA» .
Emine Sevgi Özdamar trabaja en una fábrica de lámparas. Es una joven hermosa, de larga melena negra y perfil griego, lo que más tarde le permitirá acceder a clases de dibujo. Además, es una trabajadora de un nivel aparte: tras recibir una educación muy liberal de sus padres, llegó a Alemania Occidental «principalmente para experimentar» y cuenta con un complemento salarial que le envía su padre, quien dirige una empresa de obras públicas.
Descubre la gris Berlín Occidental, el albergue donde se aloja, un ritmo diario que nunca había conocido: levantarse a las 5 de la mañana, lavarse, tomar un café, tomar el autobús a la fábrica y pasar el día con una lupa sobre el ojo derecho, doblando finos cables para pequeñas lámparas de radio con pinzas. Las habitaciones están iluminadas con neón, un intérprete traduce órdenes e instrucciones. En el albergue, las trabajadoras turcas duermen en habitaciones con seis literas. "Había mujeres muy distintas ", recuerda Emine , "mujeres sensatas, exprostitutas, una cantante de ópera...".
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Le Monde