Richard Dindo: “Fue el cineasta de la memoria”, por Nicolas Philibert
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Acaba de fallecer un gran cineasta. En el campo del cine documental, Richard Dindo ha sido y seguirá siendo un referente ineludible, el hombre de una obra rebelde y no alineada.
Lo primero que impresionó fue su determinación, su terquedad. Desde el día en que decidió aprender francés, mudarse a París y convertirse en cineasta, él, nieto de un inmigrante italiano nacido en Zúrich que abandonó la escuela a los 15 años, ¡nada ni nadie lograría interponerse en su camino! ¿Una comisión le negó ayuda? Bueno, podría prescindir de ello, ¡aún así filmaría la película! Siempre tenía en mente dos, tres, cuatro, cinco proyectos cinematográficos que se proponía completar, en un orden preciso, como si hubiera una lógica y una necesidad en ello. Firmará treinta y cinco de ellos.
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Muy rápidamente forjaría lo que llamó su “sistema”. Hubiera podido decir su «enfoque», su «estilo», pero no, dijo «sistema» para describir el rigor que caracterizaba esa manera tan personal de devolver la vida y de resucitar a los hombres del pasado a través de sus propias palabras, devolviéndoles una imagen, una dignidad, siguiendo sus pasos, haciendo rebotar sus palabras en las de ellos. Una manera de situar a los hombres en la historia, de rehabilitar a aquellos que los libros de texto nunca mencionan, como aquellos suizos comprometidos junto a los republicanos españoles a los que dedicó una de sus primeras películas ( Des suisses dans la guerre).
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