La Comisión Europea "pretende retirar" una directiva contra el "lavado verde", bajo la presión de la derecha y la extrema derecha.

Todos los días al mediodía, los portavoces de la Comisión responden a las preguntas de los periodistas que siguen la actualidad europea en Bruselas. Si bien el asunto está prácticamente bajo control, el viernes 20 de junio dio lugar a una escena increíble. Contra todo pronóstico, uno de los responsables de comunicación de la institución, Maciej Berestecki, anunció, sin dar la más mínima explicación de este cambio de postura, «la intención de la Comisión de retirar» su propuesta de directiva para combatir la práctica del «lavado verde», que consiste en que las empresas atribuyan erróneamente virtudes medioambientales a sus productos.

Es poco frecuente que la Comisión retire un texto, y cuando lo hace, suele ser porque observa que el proceso legislativo se ha estancado tras años de debates. En este caso, el texto sobre las reivindicaciones ambientales se está negociando actualmente entre los Estados miembros y el Parlamento Europeo (una nueva reunión está prevista para el lunes 23 de junio) y no había indicios de que el ejecutivo de la UE, que presentó su propuesta en marzo de 2023, llegara a este punto.

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