Tras el alto el fuego, los iraníes se sintieron aliviados pero sumidos en la incertidumbre.

El repentino fin del conflicto entre Irán e Israel ha sido recibido con alivio por los iraníes tras doce días de intensos bombardeos, pero la población se encuentra en un estado de incertidumbre. Muchos opositores que esperaban la caída del régimen están decepcionados, y algunos temen un aumento de la represión en el país.
Teherán permanece en alerta máxima tras el alto el fuego con Israel, que entró en vigor el 24 de junio. Muchos funcionarios de la República Islámica de Irán han advertido que las fuerzas armadas deben permanecer en alerta máxima ya que Israel podría lanzar otro ataque sorpresa.
“Un alto el fuego apoyado por individuos malintencionados como Netanyahu y Trump es débil, frágil e inválido, porque ambos son inestables en sus compromisos”, escribió el diario ultraconservador Kayhan . “No debe ignorarse la posibilidad de que la maldad del enemigo se repita. Los sionistas no han cumplido ningún compromiso de tregua”, afirmó el periódico.
Con el anuncio de un alto el fuego por parte del presidente estadounidense, Donald Trump, la situación en Teherán, que parecía una ciudad fantasma en los últimos días, vuelve poco a poco a la normalidad.
Sin embargo, en la capital iraní, "los residentes aún luchan por recuperar la confianza para regresar a casa sanos y salvos, lejos del estruendo de las explosiones", informa el periódico Donya-e Eqtesad .
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Courrier International