Marius, en París, algunas sorpresas agradables

¿Quién no se ha planteado alguna vez la cuestión de volver a un restaurante apreciado durante años tras su venta y cambio de propietario? Esta es una sucesión exitosa.
Esto es exactamente lo que le ocurrió a Marius, en el bulevar Murat de París. ¿Cómo podemos adueñarnos de este establecimiento, marcado durante años por el adorable François Grandjean (Fanfan para los habituales), su amabilidad, su sonrisa, su disponibilidad, su manera de recitar el menú? No es fácil… ¡Bueno! ¡Apuesta ganada! Al ceder su restaurante a su cuñado Jean-Pierre Vigato, a su hijo Jérôme y al chef de Apicius , Fanfan ha permitido que su negocio siga siendo un "asunto familiar" y de amistad.
Es cierto que el lugar ha sufrido transformaciones bajo la dirección del arquitecto Alexandre Diner (que ya había trabajado en el otro restaurante de Jean-Pierre Vigato, Disciples ), pero la atmósfera es la misma. Si bien el estilo de los años 30 sigue presente, con arcos en el techo y paredes blancas, un gran bar te da la bienvenida nada más entrar. Los tonos son claros, las lámparas caladas, como sombreros asiáticos. Una decoración más contemporánea, pero no fría. Un reto haber conseguido mantener la atmósfera…
Este artículo está reservado para suscriptores. Te queda un 56% por descubrir.
¿Quieres leer más?
Desbloquea todos los elementos inmediatamente.
¿Ya estas suscrito? Acceso
lefigaro