En el Olímpico contra Francia un resultado despiadado
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Rugby En casa, en el Seis Naciones, los azzurri capitulan. “Me duele”, reconoce Gonzalo Quesada en rueda de prensa
La selección francesa había llegado a Roma con un objetivo simple: ganar por un amplio margen y sumar el punto bonus necesario para mantener vivas sus ambiciones. El asunto se resolvió en media hora de juego, poco más de un tercio del partido. En el minuto 30, los galos habían marcado su cuarto ensayo y se pusieron por delante 28 a 17. Y aunque dos buenos ensayos de Menoncello (10') y Brex (28') habían dado la ilusión de que Italia tenía alguna posibilidad de mantener el partido, la sensación de que los franceses tendrían una buena tarde en Roma era más que evidente.
El resultado final, 73 a 24, es duro y despiadado. “Duele”, admitió Gonzalo Quesada en rueda de prensa, porque con una brecha de ese tamaño “se pierden las cosas positivas”, incluidas las jugadas bonitas en la mano, nunca banales pero no suficientes para minar un predominio francés que fue total. Once intentos por tres, esa es la cifra y deja un montón de escombros pintados de azul en la cancha del Olímpico que ahora hay que recoger y limpiar. El XV de Francia impuso su fuerza, sus valores técnicos, su potencia y su hermoso juego. Antoine Dupont, su jugador estrella, volvió a demostrar su calidad técnica y su versatilidad. La tercera línea Alldritt-Boudehent-Cros dominó en los rucks y en los puntos de encuentro. Todo el pack, con más de 30 kilos de diferencia respecto al azul, era impresionante. Estilo y agresividad franceses, una combinación letal que encontró intérpretes perfectos en el campo el domingo.
Para que conste, el acta del partido recoge, además de los tres tries italianos (Menoncello en el minuto 10, Brex en el minuto 28, Paolo Garbisi en el minuto 60), los dobletes de Guillard (13' y 21'), Dupont (24' y 53'), Barré (39' y 65') y los tries de Boudehent (30'), Alldritt (45'), Bielle-Biarrey (50'), Attissogbé (76') y Barassi (79').
La pregunta que muchos se hicieron después de ver el partido es si la diferencia de valores técnicos es tal como para justificar la diferencia de 49 puntos que para los azzurri constituye la peor derrota jamás sufrida en 26 ediciones del torneo. La respuesta es que Italia no está (todavía) en condiciones de sostener un rugby jugado a ese ritmo, con una intensidad tan abrumadora. Si lo pones a ese nivel con los Roosters, si aceptas el desafío de un juego agresivo, no hay partido y esos once goles están todos ahí.
El destino del torneo probablemente se decidirá dentro de quince días en Dublín, con el enfrentamiento entre el líder de la liga, Irlanda, y Francia. El vigente campeón se hizo con la Triple Corona el sábado al derrotar (27-18) en Cardiff a un equipo galés que parecía recuperarse tras sus flojas actuaciones en las dos primeras jornadas. En Londres, sin embargo, se disputó una de las Calcutta Cup más emocionantes, que finalizó con sólo un punto de diferencia (16-15) a favor de los ingleses. Tres tries escoceses, fruto de un partido brillante que acabó con sus tres cuartos de pura cepa (White, Jones, Van de Merwe) contra un único try (Freeman) del equipo inglés. El partido se decidió por una jornada desastrosa para Finn Russell, el rugby mejor pagado del mundo, que falló sus tres conversiones disponibles (una hubiera sido suficiente), condenando a su equipo a la más amarga de las derrotas. Los ingleses siguen en liza: jugarán su próximo partido en casa contra Italia antes de ir a Cardiff para enfrentarse a los galeses en la última jornada.
Clasificación: Irlanda 14; Francia 11; Inglaterra 10; Escocia 6; Italia 4; Gales 1.
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