Corea del Norte refuerza su alianza con Rusia en pleno conflicto ucraniano

Una imagen contundente recorre los canales diplomáticos del mundo: Serguéi Lavrov, canciller ruso, saluda con firmeza al líder norcoreano Kim Jong Un en una visita oficial cargada de simbolismo y acuerdos estratégicos. Esta reunión, que se enmarca en el fortalecimiento de la cooperación militar entre ambos países, marca un nuevo capítulo en el conflicto ucraniano, donde Corea del Norte ya no es un actor pasivo, sino un aliado militar declarado de Rusia.
En un encuentro celebrado en Wonsan, ciudad costera de Corea del Norte sobre el mar de Japón, Lavrov fue recibido personalmente por Kim Jong Un. La cancillería rusa compartió imágenes del momento en su canal oficial, y no tardaron en resonar los ecos de un mensaje claro: Pyongyang respalda sin reservas la ofensiva rusa en Ucrania.
Según medios oficiales rusos, los líderes norcoreanos reafirmaron su “apoyo sin condiciones” a todos los objetivos de la operación militar rusa. Este gesto político, que se suma a otras muestras de alianza entre Moscú y Pyongyang, incluye el suministro directo de armamento y tropas norcoreanas que han combatido en territorio ucraniano.
Uno de los momentos más contundentes de la visita fue la mención explícita de los “heroicos soldados norcoreanos” que participaron en la reconquista rusa de la región fronteriza de Kursk, al norte de Ucrania. Esta incursión ucraniana, que habría abarcado varios cientos de kilómetros cuadrados en agosto de 2024, fue finalmente repelida —según el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso— con la ayuda decisiva de las fuerzas norcoreanas.
Esta es la primera vez que Rusia reconoce de manera oficial la implicación directa de Corea del Norte en el campo de batalla ucraniano, un hecho que podría tener repercusiones internacionales profundas, sobre todo en las relaciones con la OTAN y Naciones Unidas.
Consultado por la posibilidad de que tropas norcoreanas se desplieguen en otras zonas del frente de batalla, Lavrov fue prudente pero sugestivo:
“Corresponde a Pyongyang decidir cómo aplicar nuestro acuerdo de asociación estratégica”.
El mensaje no deja lugar a dudas: el acuerdo de defensa mutua firmado por Vladímir Putin y Kim Jong Un en 2024 está activo, y su implementación puede ampliarse a voluntad de ambas partes.
El fortalecimiento del eje Moscú-Pyongyang no se limita al plano militar. Lavrov destacó durante su visita que la aerolínea rusa Nordwind Airlines ha recibido autorización para operar hasta dos vuelos semanales entre Moscú y Pyongyang, una conexión suspendida durante años.
Además, el canciller ruso anunció que se prevé relanzar también las rutas marítimas entre ambos países, consolidando un bloque logístico y diplomático que crece de manera paralela al aislamiento que Occidente impone a ambas naciones.
La visita de Lavrov a Corea del Norte ocurre apenas mes y medio después del viaje de Serguéi Shoigú, secretario del Consejo de Seguridad ruso, a Pyongyang. Esta frecuencia de encuentros de alto nivel es reflejo de un acercamiento sin precedentes, enmarcado por una visión compartida contra la hegemonía occidental.
Los analistas internacionales observan con preocupación el nacimiento de una alianza estratégica entre dos regímenes autoritarios con capacidades nucleares, dispuestos a desafiar sanciones, presiones diplomáticas y los equilibrios establecidos tras la Guerra Fría.
La Verdad Yucatán