Lyle, el otro hermano Menendez, también seguirá en prisión por matar a sus padres en 1989

El crimen los unió y la junta de la libertad condicional no les separa. Lyle Menendez, como ocurrió con su hermano la jornada previa, seguirá en prisión.
El mayor de los hermanos, hoy de 57 años, no debe salir de prisión por el doble crimen de sus padres, José y Kitty Menendez, tras 35 años en prisión. Esta decisión se produjo el viernes por la noche en California (madrugada del sábado en España), después de una audiencia de 11 horas y pocos más de 24 horas desde que su Erik, de 54 años, corriera la misma suerte.
Los dos cumplen condena por el asesinato de sus padres, el 20 de agosto de 1989, y su momento parece que ha pasado. El estreno de la serie Monstruos en Netflix, en septiembre del 2024, creo una hola de simpatía y compresión hacia ellos, que reconocieron haber matado a sus progenitores en defensa propia. Supuestamente su padre abusaba psíquica y sexualmente, con la connivencia de la madre. La fiscalía nunca les creyó y argumento que eran unos tipos desalmados que solo buscaron su provecho.
Ahora los dos hermanos pueden ser elegibles para la libertad condicional dentro de tres años, aunque podría haber una revisión más pronto.
Diferentes funcionarios evaluaron el caso de Lyle con el mismo resultado que Erik. Este proceso ha puesto de relieve el complicado debate entre rehabilitación y encarcelamiento, entre el sentir de los que están fuera del recinto y los que saben lo que ocurre detrás de las cancelas.
Julie Garland, la comisionada de la junta de libertad condicional, describió a Lylye como un recluso modelo, al contrario de su hermano, cuyos remordimientos parecen genuinos y que ha demostrado potencial para un cambio.
A pesar de todos estos elementos positivos, Lyle “todavía lucha con una personalidad de trazos antisociales, minimización y ruptura de las normas que se halla latente debajo de su superficie positiva”, recalcó Garland.
Como ocurrió con su hermano, también se alegaron violaciones de reglas dentro de la prisión, cuestión en la que se centraron los oficiales penitenciaros durante la audiencia. La infracción más reciente de Lyle se registró en marzo del 2024, cuando le encontraron un teléfono móvil. Como su hermano, argumentó que no tenía esperanzas de volver a la calle pero todo cambió a finales de ese año, al ver como había evolucionado su caso.
Desde entonces, un tribunal modificó su pena. En lugar de cadena perpetua sin posibilidad de modificación, el pasado mayo les impusieron de 50 años a toda la vida, pero con la opción de revisión, que es lo que ha sucedido de forma infructuosa.
La familia volvió a mostrar su total apoyo a Lyle, como ya hicieron con Erik. “Esto no es el final del camino”, sostuvo la familia en un comunicado. Para atajar, todo queda pendiente ahora de la clemencia del gobernador de California, Gavin Newson.
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