Marco Pérez: ¿Es malo tener déficit comercial?
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Si un País importa más bienes y servicios de los que exporta, tiene un déficit comercial en su balanza de bienes y servicios, y como entraron al País menos divisas de las necesarias para pagar nuestras importaciones, el Banco Central debe proveer las divisas faltantes para pagar el déficit comercial.
De tal suerte, mientras el Banco Central tenga divisas suficientes en sus reservas internacionales para cubrir el déficit comercial ocasionado por las mayores importaciones, el País no tendrá ningun problema ni consecuencia alguna, por operar con déficit comercial.
De hecho, importar más bienes y servicios de los que se exportan, beneficia al País porque aumenta la oferta disponible de bienes de capital, intermedios y de consumo final, ya que ingresan al País en mayores volúmenes de los que se exportan.
La lógica del beneficio del comercio internacional, es que acudimos al extranjero para adquirir mercancías que no se producen en cantidades suficientes para abastecer la demanda nacional, así como de bienes que no se producen domésticamente, por lo que las importaciones tienen la función de complementar la disponibilidad de bienes para el consumidor nacional, evitando aumentos en precios por escasez de oferta.
Obviamente, en el caso de bienes de capital, la importación es la manera de poder acceder a tecnología y a maquinaria y equipo para producir internamente, pues sin ellos no sería viable la producción nacional.
Sin embargo, cuando se importan mercancías, a pesar de que se producen en el País en cantidades suficientes, solo porque son más baratas, el beneficio que obtiene el consumidor, debe ser contrastado con el perjuicio que recibe el productor, ya que pone en riesgo la viabilidad misma de la producción nacional.
Hace poco más de ocho años, en el primer mandato del Presidente Trump, impuso aranceles al Acero, invocando una Ley de Seguridad Nacional, ya que la importación de acero estaba afectando fuertemente a la industria acerera de los EUA, la cual iba en franca tendencia descendente, y corría el riesgo de desaparecer, por lo que los EUA tendrían que importar acero barato de China, para construir tanques y portaaviones, situación a todas luces inconveniente, que debía evitar.
Es por eso, que los tratados comerciales deben atender a las necesidades y objetivos que tienen cada uno de los Países contratantes, buscando maximizar el beneficio que se puede obtener del comercio internacional, apoyado en las ventajas competitivas y la dotación de recursos de cada Nación.
En el caso de los EUA, ellos tienen la gran ventaja de que su moneda es la más fuerte y la más utilizada a nivel mundial, ya que desde el fin de la segunda guerra mundial, el dólar norteamericano se implantó como la moneda de curso legal para el pago de las operaciones comerciales internacionales, junto con otros acuerdos tomados en Breton Woods, incluyendo la promesa de la libre convertibilidad del dólar por oro, lo cual ayudó mucho a que se aceptara esta propuesta.
Por otro lado, para que en el mundo hubiera suficientes dólares para pagar por las operaciones comerciales internacionales, los EUA se comprometieron en mantener un déficit comercial permanente, de tal suerte que al ser pagado con dólares, se aumentara así la oferta de esta divisa, que como estaba respaldada en oro, daba confianza y tranquilidad a los tenedores de esta moneda, que incluso se adoptó por la mayoría de los Bancos Centrales, para mantener en esa moneda sus reservas internacionales.
Sin embargo, el respaldo en oro se perdió al principio de la década de los setentas, cuando producto de la guerra de Vietnam, el déficit fiscal de los EUA aumentó de manera importante, y por otro lado, ya era insostenible el equilibrio de la cantidad de dólares circulando, y las reservas de oro de los EUA, y se eliminó ese respaldo.
De esta manera, el atractivo del déficit comercial que generan los EUA con el mundo, cambió de manera radical, ya que de pagar con dólares respaldados con oro, pasaron a pagar con papel y tinta, que ya no puede cambiarse por oro.
En este contexto, afirmar que los Países que exportan más bienes y servicios a los EUA, de lo que le compran vía importaciones, le están “robando” a los EUA, ciertamente no tiene sustento.
En resumen, mientras el Banco Central del País mantenga suficientes reservas internacionales de divisas, que permitan pagar el déficit comercial, éste no representa riesgo alguno, y se puede seguir disfrutando de los beneficios de acceder a los bienes y servicios importados que necesita el País, y menos si el País en cuestión imprime la moneda más aceptada en todo el mundo.
elfinanciero