Zuckerberg apuesta por la ‘superinteligencia personal’ para revolucionar la IA

Hace apenas dos años, Mark Zuckerberg estaba convencido de que el metaverso sería el futuro. Apostó millones, impulsó el desarrollo de gafas de realidad virtual y presentó mundos digitales inmersivos. Sin embargo, como en una serie con un guion que da un giro inesperado, hoy su mirada está puesta en algo distinto: la superinteligencia personal.
Este nuevo concepto no se trata solo de inteligencia artificial para automatizar tareas, sino de una IA que conozca tus gustos, optimice tu tiempo y lo transforme en experiencias de entretenimiento y conexión social.
El término fue popularizado por Noam Shazeer, cofundador de Character.AI, y apunta a un futuro donde la IA no solo te ayude a trabajar más rápido, sino que también se convierta en tu asistente personal para el ocio.
Zuckerberg vio en esta idea la oportunidad perfecta para reforzar el núcleo de su imperio: mantener a las personas conectadas y activas en las plataformas de Meta. Ya no se trata de competir con Google o OpenAI en productividad, sino de dominar el terreno del entretenimiento digital.
En lugar de centrarse únicamente en mejorar la eficiencia laboral, Meta quiere que la IA personalizada diseñe experiencias a medida:
- Reels optimizados según tus intereses.
- Personajes de IA interactivos con personalidades únicas.
- Anuncios ultra personalizados que parecen contenidos hechos para ti.
Zuckerberg cree que el tiempo libre que ganemos gracias a la IA debe invertirse en interacción social, juegos y experiencias inmersivas dentro de sus aplicaciones.
En esta visión, las gafas inteligentes se convierten en la puerta de entrada. Meta ya trabaja en modelos capaces de mostrar información contextual, traducir conversaciones en tiempo real y facilitar interacciones con avatares o personajes virtuales.
Para Zuckerberg, quien adopte estas tecnologías tendrá una ventaja cognitiva sobre el resto, al combinar el poder de la IA con un flujo constante de información útil y entretenimiento.
Para materializar la superinteligencia personal, Meta está ofreciendo paquetes salariales millonarios a expertos en inteligencia artificial. Algunos reciben sueldos base altísimos, otros bonificaciones ligadas a objetivos, y muchos combinan ambas fórmulas.
Aun así, la competencia es feroz: OpenAI, Google DeepMind y la visión de Elon Musk han captado parte del talento que Meta busca desesperadamente.
El abandono progresivo del metaverso no fue un fracaso, sino un reajuste. Zuckerberg entendió que la IA generativa y personalizada no es solo una herramienta, sino el próximo motor de monetización masiva.
Su objetivo ahora es claro: convertir la IA en el centro de la vida digital de millones de personas, donde trabajo y ocio se fusionen en un mismo ecosistema controlado por Meta.
La superinteligencia personal podría redefinir la forma en que interactuamos con la tecnología. Si Zuckerberg tiene razón, no solo trabajaremos menos gracias a la IA, sino que viviremos experiencias sociales y de entretenimiento más ricas y personalizadas.
El futuro que imagina ya no es un mundo virtual aislado, sino uno en el que la IA está presente en cada segundo de nuestra vida digital.
La Verdad Yucatán