Aspirantes y consolidados

Un buen equipo es una suma de aspirantes y de consolidados. Si todos son aspirantes, corremos el riesgo de tener más hambre que experiencia. Si todos son consolidados, hay sobredosis de experiencia, pero puede faltar la energía para volver a los esfuerzos iniciales. Cuando en un equipo ya todos saben todas las respuestas es momento de introducir a alguien que traiga nuevas preguntas. Qué es un aspirante y qué es un consolidado.
Un aspirante no es alguien que empieza. Es alguien que siente no haber llegado. Un consolidado es alguien que, llevando mucho o poco tiempo, siente que ya ha llegado. Los aspirantes tienen más preguntas que respuestas. Los consolidados son proveedores de respuestas a las preguntas habituales. Los aspirantes enfocan su vida a aprender. Los consolidados enfocan su vida a enseñar.
Conozco aspirantes de 70 años y consolidados de 35 años. No hay edadismo para esto, como en casi para nada. Ser aspirante o consolidado es una actitud, una forma de estar. He conocido a profesionales y directivos que han cambiado muchas veces de trabajo sin moverse de la misma empresa. Se mantienen aspirantes. He conocido a profesionales consolidados que solamente reproducen un patrón profesional toda su vida, aunque hayan estado en varias empresas y en sectores distintos.
Los consolidados tienden a la mejora de las inercias establecidas. Su filosofía es: nos va bien, no vayamos a liarla con experimentos. Los aspirantes piensan más en el próximo nivel que en las inercias. Algunas veces me encuentro propietarios que se siguen sintiendo aspirantes y se me quejan de sus directivos demasiado acomodados y en otras me encuentro con directores generales que quisieran llevar la empresa a otro nivel, pero se encuentran con una propiedad que se ha vuelto muy conservadora y quiere evitar riesgos.
Fórmula ideal En una empresa lo ideal son equipos con consolidados no apalancados y con aspirantes que escuchen. Esa es la fórmula. Es una buena alianzaPienso en ejemplos de aspirantes y en consolidados. Creo que, con excepciones, la industria convencional del automóvil ha estado copada por hombres orgullosamente consolidados. Creo que Kodak murió por un exceso de consolidados por metro cuadrado. Siempre tuve la sensación de que Motorola era una marca de aspirantes visionarios que cuando explotó de éxito fichó a un exceso de consolidados. Creo que Steve Jobs fue despedido de Apple en 1986 por un grupo de consolidados que no se dieron cuenta de que expulsaban al alma de la empresa y casi la destrozan. En 1997 Jobs volvió y su alma de aspirante trajo la gloria a Apple. Leyendo las memorias de Jack Welch tengo la sensación de que era muy aspirante por las mañanas y muy consolidado por las tardes. Paul Polman contagió pasión de aspirante a Unilever para evitar ser engullida por un fondo especulativo. En el gran consumo, uno puede pensar que el vector de aspirantes lo copa Amazon, pero nunca vi a Walmart como una gente acomodada. Si pienso en Japón, creo que Sony estuvo más dominada por consolidados que Toyota, que siempre transmitió el frescor de los aspirantes.
Cuando van mal dadas, uno nunca sabe si hay que aferrarse a lo que se tiene o es mejor abrazar cambios profundos e inciertos. Pero esta es la vida del directivo. Los directivos están para esto. Y por eso los mejores equipos son los que combinan ambas miradas; empuje y experiencia; hambre y templanza. Para que alguien que tiene todos los galones para ser un gran consolidado continúe conservando alma de aspirante hace falta más humildad que autocomplacencia.
El trabajo en equipo, esencial
LVLa dirección de personas es una función fundamental en las empresas. Si los directores de personas tienen mentalidad de consolidado, intentarán atar en corto la ecuación personas y funciones. Buscarán gente con experiencia equivalente para cada puesto de trabajo. Misma cualificación, mismo género, mismo perfil. Las direcciones de personas con mentalidad de aspirante piensan más en la capacidad de aprender de las personas y a partir de aquí hacen apuestas pensando en el hoy y especialmente en el mañana. Consolidados fichan consolidados o consolidables. Aspirantes tienden a fichar a aspirantes, aprendices por actitud, emprendedores por vocación. Creo mucho en la cantera. Creo mucho en la Masía de las empresas. Se necesita mucha gente corriendo la banda con alma de aspirante, con ganas de entrar en el campo y crecer. Los aspirantes viajan de ida. Los consolidados, si no vigilan, viajan de vuelta. Se trata más de persistir que de resistir.
Ya lo han deducido, me seducen más los aspirantes que los consolidados, aunque creo que ambos perfiles son convenientes. Creo en la gente que usa la experiencia para encender la pasión, más que en aquellos que usan la experiencia para alimentar todo el abanico de escepticismos imaginables. Lo ideal son equipos con consolidados no apalancados y con aspirantes que escuchen. Esa es la fórmula. Es una buena alianza. Ni el “aquí siempre se ha hecho así” ni la disrupción por la disrupción. Unos y otros, consolidados y aspirantes, deben saber mirar más el futuro desde los ojos de los clientes que desde la suma de sus trayectorias. La experiencia sirve, pero no es una garantía infalible. El cementerio de empresas está lleno de compañías que rebosaban experiencia. Los sabios nunca dejan de ser aspirantes; en cambio, hay mucho experto que rápidamente se presenta como consolidado.
Situación Cuando en un equipo ya todos saben todas las respuestas es momento de introducir a alguien que traiga nuevas preguntasPrefiero los comités de dirección que combinan aspirantes y consolidados. Los consolidados saben que necesitan algunos aspirantes correosos en sus equipos que tengan la confianza para poder cuestionar unas cuantas ortodoxias. Los muy aspirantes saben que es bueno tener al lado a consolidados que les expliquen la diferencia entre los atajos sensatos y los atajos suicidas. Lo mejor es cuando en los equipos de dirección hay suficiente confianza como para que los consolidados y los aspirantes se rían un poco los unos de los otros pero que, a la hora de la verdad, actúen sin fisuras. Un equipo de dirección es un espacio para la solidaridad real, para que el todo asome por encima de las partes. Ni los consolidados ni los aspirantes ganan las batallas por su cuenta. Los aspirantes son un producto del futuro. Los consolidados son producto del pasado.
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