Movilidad social en Catalunya

Gran parte de las discusiones sobre la situación social en España se acaba reduciendo a hablar de la desigualdad. En términos de renta la desigualdad en España es más elevada que la media de la UE, aunque está reduciéndose desde el comienzo de la recuperación. El índice de Gini de la renta, medida habitual de desigualdad, que va de total igualdad (0) a desigualdad máxima (100), creció con el comienzo de la crisis financiera desde el 32,4 del 2008 hasta alcanzar el 34,7 en 2014. Con la recuperación económica y la reducción del desempleo, que es el principal factor que explica la desigualdad de la renta en España, llego a 33 en 2019. Desde entonces, se ha reducido aún más hasta marcar 31,2 en 2024. Esta misma mejora se observa también en otros indicadores de desigualdad de la renta. Como les he comentado en otras columnas en otras dimensiones, como la desigualdad de la riqueza, la posición de España es mejor que la de muchos otros países por el efecto de la alta proporción de propietarios de viviendas.
Un grupo de niñas jugando en un campo de fútbol
EFESin embargo, analizar solamente la desigualdad de la renta es insuficiente. Un aspecto incluso más importante es la movilidad social y, en particular, la movilidad intergeneracional o la capacidad de las futuras generaciones de ascender en el estatus socioeconómico frente a las pasadas. Este análisis es menos frecuente por que la disponibilidad de estadísticas e indicadores sobre este aspecto es muy limitada. No obstante, hace algunos años Raj Chetty y sus colaboradores consiguieron la autorización para trabajar con los datos de la agencia tributaria de Estados Unidos y fueron capaces de construir indicadores agregados y geográficos de movilidad intergeneracional. La idea consistía en analizar cómo influía la posición de los padres en la distribución de la renta, en la posición en la distribución de la renta de sus hijos en edad laboral. De esta forma se podía analizar una dimensión importante de la igualdad de oportunidades: si los hijos de familias en los niveles más bajos de renta tenían capacidad de ascender en la distribución de la renta frente a sus progenitores. Los resultados de este análisis mostraron hasta qué punto Estados Unidos, tradicionalmente el “país de las oportunidades”, se había convertido en “el país del estancamiento social”.
A raíz de este trabajo se ha realizado el mismo tipo de análisis en otros países utilizando la misma metodología y datos tributarios. La semana pasada el Laboratorio de Oportunidades presentó la segunda versión del Atlas de Oportunidades para España. El estudio analiza millones de padres e hijos, nacidos entre 1980 y 1990, y estudia sus rentas en los últimos 25 años. El primer resultado es el que se encuentra en todos los países: los hijos de familias con menos ingresos ganan menos que los hijos de familias con más ingresos. Esta diferencia es baja cuando se trata de jóvenes a mitad de la veintena, pero se acrecienta con claridad a medida que aumenta su edad. No obstante, la renta media de los jóvenes que crecieron en una familia en el 1% de hogares con menos renta alcanzaron el percentil 39, lo cual quiere decir que han subido mucho en la distribución de la renta respecto a la posición de sus padres. Por su parte el 12% de los hijos de las familias del 1% más rico sigue manteniéndose en el 1% más rico.
Subida en el rango más bajo La renta media de los jóvenes que crecieron en una familia en el 1% de hogares con menos renta alcanzaron el percentil 39, un gran paso respecto a la posición de sus padresPara realizar una comparación internacional se puede analizar la probabilidad que un niño nacido en un hogar en el 20% más pobre ascienda al 20% más rico. En España esta proporción es el 10,4%, algo mejor que la media. Mucho mejor que Brasil (2,5%), Estados Unidos (7,5%) o el Reino Unido (9%). A un nivel similar a Francia, Italia, Ecuador y Canadá, y algo peor que Alemania y Suecia (11%) o Dinamarca, Suiza y Australia (12%). Es interesante señalar que en la primera versión del Atlas de Oportunidades, España alcanzaba un porcentaje del 12%, al mismo nivel que los mejores.
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Con todo, lo que más me ha sorprendido es la distribución geográfica de la movilidad social intergeneracional. El ascensor social funciona de manera diferente en cada ciudad, e incluso en cada barrio. El gráfico a nivel de códigos postales que acompaña la web del proyecto muestra que la mayor movilidad social se produce en Catalunya, con un nivel muy elevado en Lleida. Le siguen a cierta distancia Madrid y las provincias de Soria y Segovia. La menor movilidad social se concentra en el sur: Andalucía y Extremadura. De hecho, las primeras 18 ciudades de más de 100.000 habitantes con mayor nivel de movilidad social están localizadas en Catalunya y la Comunidad de Madrid. Las tres primeras ciudades con mayor movilidad intergeneracional son Hospitalet de Llobregat, Lleida y Barcelona. En las tres ciudades la renta media de los hijos de familias en el 25% más pobre supera el percentil 51, un ascenso muy significativo. Es interesante señalar que este efecto es muy diferente de lo que sucede en Estados Unidos donde las grandes ciudades presentan unos niveles de movilidad intergeneracional muy limitados.
Es más: mientras que en el conjunto de España la movilidad intergeneracional empeoró algo entre los ochenta y los noventa (en particular en la Comunidad de Madrid), en las ciudades catalanas como Terrassa, Hospitalet o la misma Barcelona, se ha mantenido un nivel muy alto de movilidad social al alza.
Ascensor social La mayor movilidad social se produce en Catalunya, con un nivel muy elevado en Lleida, según el Atlas de OportunidadesEs cierto que estos indicadores no son perfectos. Utilizar los datos administrativos de la Agencia Tributaria es positivo puesto que evita tener que descansar en la renta reportada por los propios entrevistados en las encuestas. Sin embargo, no todos los ciudadanos presentan declaración de la renta y, por tanto, hay algunas familias de renta baja que no están representadas. Además, tampoco se tiene en cuenta el patrimonio y, en particular, la posesión de una vivienda. Pero, sin duda, estos indicadores son tremendamente interesantes a la hora de analizar la movilidad intergeneracional y mejores que las pocas alternativas disponibles. En resumen: las ciudades catalanas están a la cabeza de la movilidad intergeneracional en España, especialmente en la cohorte más reciente, y al nivel de los países nórdicos. Acabo con un clásico: ¡Al loro que no estamos tan mal!
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