Ratifican a diplomáticos de Sheinbaum entre gritos y acusaciones

La política exterior de México, bajo la conducción de Claudia Sheinbaum, ha comenzado con una sacudida en el Congreso. Doce nuevos diplomáticos fueron ratificados por la Comisión Permanente, pero el proceso no estuvo exento de escándalo. La senadora Lilly Téllez, del PAN, protagonizó una de las escenas más tensas al gritar con megáfono contra el nombramiento de Juan Antonio Ferrer Aguilar, exdirector del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), quien ahora será embajador ante la UNESCO en París.
Téllez lo acusó de corrupción, desvío de recursos y de dejar sin medicinas a los hospitales durante la pandemia. “Lo vamos a perseguir hasta París”, sentenció la panista. Mientras tanto, el resto de los nombramientos diplomáticos también generaron reacciones encontradas por el perfil político y los antecedentes de los elegidos.
Ferrer Aguilar fue el encargado del fallido Insabi, organismo que sustituyó al Seguro Popular en la administración de Andrés Manuel López Obrador. Su gestión fue duramente cuestionada por desabasto de medicamentos, sobrecostos durante la pandemia, y presunta corrupción vinculada con insumos médicos. A pesar de esos señalamientos, fue ratificado por 24 votos a favor y 8 en contra para representar a México ante la UNESCO.
Lilly Téllez no dudó en calificarlo de “ladrón” y “corrupto”, asegurando que su gestión dejó a millones de mexicanos sin servicios básicos de salud. “En lugar de estar en prisión, se va de embajador pagado con los impuestos del pueblo”, gritó en tribuna mientras sostenía un megáfono, ignorando los llamados al orden de Gerardo Fernández Noroña, presidente de la Mesa Directiva.
Además de Ferrer, fueron ratificados varios perfiles con fuerte carga política. Entre ellos:
- Luis Rodríguez Bucio, primer comandante de la Guardia Nacional y exsubsecretario de Seguridad, será cónsul en Dallas, Texas.
- Donají Alba Arroyo, exencargada del Instituto de Formación Política de Morena, será cónsul en Raleigh, Carolina del Norte.
- Marco Antonio Mena Rodríguez, exgobernador priista de Tlaxcala, irá a San Francisco, California.
- Neftalí Said Pérez González, ligado al programa Jóvenes Construyendo el Futuro, estará en San José, California.
Estos nombramientos reavivaron críticas sobre el uso de cargos diplomáticos como botín político y premio a la lealtad, más que como estrategia de política exterior profesional.
A pesar de que Claudia Sheinbaum ha intentado mostrar una visión propia para el país, los primeros nombramientos diplomáticos mantienen el sello de la administración de AMLO. Muchos de los ratificados son exfuncionarios del sexenio anterior, personas cercanas al proyecto obradorista o incluso perfiles que estuvieron envueltos en escándalos administrativos o de ineficiencia.
El caso de Roberto Canseco, quien se enfrentó al gobierno ecuatoriano tras el asalto a la embajada mexicana en Quito, destaca por su valentía y compromiso diplomático. Él fue ratificado como embajador en Jamaica. Por su parte, otros nombramientos técnicos pasaron sin tanto ruido, como:
- Claudia Velasco Osorio (Sao Paulo, Brasil)
- Iván Roberto Sierra Medel (Toronto, Canadá)
- Julián Adém Díaz de León (Vancouver, Canadá)
- Rafael Eugenio Laveaga (Atlanta, Georgia)
- Carlos Iriarte Mercado (Boston, Massachusetts)
- Marcos Augusto Bucio Mujica (Nueva York, NY)
La sesión dejó claro que el clima político en México continúa polarizado. Mientras Morena y sus aliados defienden la experiencia y compromiso de los designados, la oposición insiste en que se está premiando el fracaso, la corrupción y la ineptitud. El caso de Ferrer se convirtió en símbolo de esta disputa.
No es la primera vez que la política exterior se convierte en un campo de batalla, pero esta sesión, marcada por gritos, protestas y megáfonos, quedará como un ejemplo más de cómo la diplomacia mexicana también se decide entre pasiones e intereses internos.
Los primeros pasos de Claudia Sheinbaum en política internacional dejan entrever una línea de continuidad con el lopezobradorismo. Los nombramientos reflejan compromisos políticos más que una visión técnica o estratégica del servicio exterior. Mientras tanto, los reclamos de la oposición auguran un sexenio donde cada designación podría ser un nuevo episodio de confrontación política.
La gran pregunta queda abierta: ¿apostará Sheinbaum por la profesionalización de la diplomacia mexicana, o seguirá utilizando los cargos en el extranjero como extensión del proyecto político nacional?
La Verdad Yucatán