En Polonia, el tratamiento de heridas no es sistemático. Las enfermeras alertan: «Una herida no es una afección temporal; es un problema terapéutico y social».

En Polonia, el personal de enfermería se ocupa de heridas crónicas a diario, pero a menudo carece de las competencias, los procedimientos o el apoyo sistémico necesarios. Un estudio realizado en el marco de la campaña "Heridas Bajo Control" muestra que hasta el 76 % de los encuestados requiere formación adicional, mientras que solo el 40 % tiene acceso a los procedimientos actuales. Los expertos exigen decisiones concretas y el reconocimiento del cuidado de heridas como un campo de la medicina diferenciado.
Aunque la mayoría del personal de enfermería en Polonia atiende regularmente heridas (con mayor frecuencia úlceras por presión, úlceras, heridas quirúrgicas o úlceras del pie diabético), solo el 40 % tiene acceso a procedimientos claramente descritos en su lugar de trabajo. Además, hasta un 14,5 % desconoce si existen dichas directrices en su centro.
Las deficiencias organizativas se traducen en problemas reales en la práctica diaria. El 76% de los encuestados declara la necesidad de adquirir competencias adicionales, incluidas las relacionadas con la selección de apósitos (91%), el diagnóstico de heridas (74%) y los principios antisépticos (75%).
Las enfermeras saben que quieren y pueden tratar a los pacientes con mayor eficacia. Sin embargo, carecen de las herramientas necesarias.
Una herida no es una condición temporal; es un problema terapéutico y social. La falta de educación del paciente, las habilidades de enfermería incompletas y la difícil coordinación de los equipos terapéuticos contribuyen a que la atención a las personas con heridas crónicas no sea todo lo eficaz que podría ser, afirma Jolanta Dynarska, M.A., miembro del Consejo de Expertos de la campaña "Heridas Bajo Control".
Dynarska enfatiza que, sin cambios sistémicos, seguiremos actuando de forma puntual, en lugar de prevenir complicaciones. Esto se traduce no solo en sufrimiento para los pacientes, sino también en mayores costos para el sistema de salud.
Una de cada cuatro enfermeras trata heridas varias veces a la semana, y el 41%, varias veces al mes. No es de extrañar que el 76% de los encuestados quisiera que se ampliaran sus facultades, por ejemplo, para incluir la posibilidad de derivar pacientes a radiografías, ecografías o análisis de laboratorio.
Solo el 8% de los encuestados considera que el precio actual de los procedimientos de cuidado de heridas es adecuado. Además, el 61% desconoce cómo se financian estos procedimientos. Más de la mitad del personal de enfermería cree que el cuidado de heridas debería ser una especialidad independiente, y el 86% cree que este tema debería abarcarse más ampliamente en la formación profesional.
Existe una falta no solo de experiencia y recursos, sino también de colaboración. La mitad de los encuestados cree que la colaboración con los médicos es insuficiente. Mientras tanto, los expertos enfatizan que el cuidado eficaz de las heridas debe basarse en el trabajo en equipo.
– “Si en cualquier nivel falta personal capacitado, acceso a materiales apropiados, tiempo o procedimientos claros, todo el sistema pierde efectividad y el paciente sufre las consecuencias: dolor, complicaciones, sepsis, pérdida de extremidades y, a veces, incluso la muerte”, afirma el Dr. Przemysław Lipiński, presidente de la Sociedad Polaca de Tratamiento de Heridas.
El cuidado de heridas crónicas no es un nicho. Es un problema de salud grave que requiere una estrategia. Las certificaciones, las vías clínicas y los recursos específicos son esenciales.
"Sin embargo, las enfermeras son las que siempre están más cerca del paciente. Tienen experiencia y contacto con él, pero carecen de competencias claras, herramientas de diagnóstico y un verdadero apoyo especializado", añade Lipiński.
La campaña "Heridas Bajo Control" muestra claramente dónde se encuentran las deficiencias. Los expertos instan: se necesitan decisiones, no declaraciones. Un sistema organizado de atención de heridas es una inversión en la salud del paciente y un ahorro real para el sistema sanitario.
Fuente de estudio:
Estudio de las necesidades de enfermería en el ámbito del cuidado profesional de heridas, campaña “Heridas bajo Control”, febrero-marzo 2025.
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