El 1 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Urticaria: hasta un 20% de la población puede verse afectada

El 1 de octubre se celebra el Día Mundial de la Urticaria, una enfermedad que puede afectar hasta una de cada cinco personas a lo largo de su vida.
Según la inmunoalergóloga Sofia Campina de la SPAIC (Sociedad Portuguesa de Alergología e Inmunología Clínica), la urticaria es una afección clínica caracterizada por la aparición de manchas o pápulas rojizas, elevadas en relación con la piel normal, que causan picor intenso y desaparecen momentáneamente al presionarlas. Las manifestaciones de la urticaria pueden aparecer en todo el cuerpo o en zonas específicas; cada mancha o pápula dura desde unos minutos hasta varias horas (máximo 24 horas) y no deja marcas en la piel.
En cuanto a su clasificación, se distingue entre urticaria aguda y crónica. La urticaria aguda, que dura un máximo de seis semanas, «es la más común, presentándose entre el 10 % y el 20 % de la población al menos una vez en la vida y, en la mayoría de los casos, asociada a una enfermedad infecciosa», afirma Sofia Campina.
La urticaria crónica, en la que las lesiones cutáneas y el prurito aparecen y desaparecen a diario durante más de seis semanas consecutivas, se puede dividir en dos tipos: inducible y espontánea. La urticaria crónica inducible se desencadena por un estímulo específico (como el frío, la fricción, el aumento de temperatura o el ejercicio), mientras que la urticaria crónica espontánea provoca la aparición de lesiones cutáneas sin un estímulo específico identificado.
“Un individuo puede presentar más de una forma de urticaria, es decir, tener manifestaciones espontáneas y también manifestaciones con factores físicos específicos”, explica el especialista.
Entre las principales causas del desarrollo y empeoramiento de la urticaria, explica Sofia Campina, se encuentra una respuesta exagerada de ciertas células de la piel que liberan de forma frecuente e impredecible sustancias que causan picazón (histamina y otras sustancias inflamatorias). En la mayoría de los casos, la causa se desconoce y puede implicar una reacción del sistema inmunitario. Situaciones estresantes, infecciones, ciertos medicamentos (como los antiinflamatorios) e incluso fluctuaciones hormonales pueden provocar episodios de empeoramiento de la urticaria crónica espontánea.
El diagnóstico de la urticaria es clínico, basado en la observación de lesiones cutáneas: manchas, pápulas y/o tumefacciones y la historia de síntomas característicos, "ya que no existen pruebas específicas para confirmar la enfermedad", afirma el inmunoalergólogo que añade además la importancia de, ante la sospecha de urticaria crónica espontánea, "tener seguimiento en una consulta de Inmunoalergología".
El tratamiento consiste en antihistamínicos: medicamentos que bloquean la liberación excesiva de histamina. Sin embargo, en casos más difíciles de controlar, «es necesario ajustar la dosis de antihistamínicos e incluso tratamientos más específicos que reduzcan la hiperactividad del sistema inmunitario, siempre en consulta con un médico especialista», concluye Sofia Campina.
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