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Hora de almorzar, hora de parar.

Hora de almorzar, hora de parar.

En las últimas décadas, el Ministerio Público se ha enfrentado a crecientes exigencias, complejidad procesal, falta de recursos y sobrecarga de trabajo. En este contexto complejo, resulta sorprendente y preocupante que se programen sesiones o reuniones de capacitación durante el horario de almuerzo de los magistrados del Ministerio Público.

Una práctica aparentemente inocua, pero que, a nuestro juicio, plantea serios problemas de legalidad, de proporcionalidad y, sobre todo, de respeto a la dignidad del ejercicio de la función de magistrado.

Consciente de las facultades y competencias especiales del Ministerio Público en materia de defensa de los intereses y promoción de los derechos de las personas en situación de vulnerabilidad, particularmente en el ámbito del régimen jurídico de las personas adultas acompañadas, el 11 de junio de 2025, la Procuraduría General de la Nación publicó la “Estrategia del Ministerio Público para las Personas Adultas en Situación de Vulnerabilidad”.

Dentro del alcance de las actividades previstas en la ejecución del eje de intervención del MP, se incluye el siguiente punto: “ 7 - Creación de momentos de reflexión y discusión de procedimientos y acciones funcionales concretas sobre aspectos específicos de la Ley de Salud Mental, a través de una sección en línea, en el horario de almuerzo, denominada “50 minutos de (ley de) salud mental ”.

Si bien este documento merece nuestra conformidad por la relevancia del tema abordado, el punto 7 no puede dejar de causarnos perplejidad y preocupación.

De hecho, han sido muchas las voces que han expresado su preocupación por el estado de agotamiento en el que se encuentran los magistrados del MP, que trabajan largas jornadas, en horario nocturno y en fines de semana, y ahora tienen que renunciar a su hora de almuerzo.

Si bien los magistrados están sujetos a un régimen de dedicación exclusiva y disponibilidad funcional, es importante recordar que no han perdido sus derechos fundamentales por el uso de la Beca.

La Constitución de la República Portuguesa es clara: todos los trabajadores tienen derecho al descanso, a la protección de la salud y a la conciliación de la vida personal y profesional. Los magistrados no están exentos de estos principios básicos.

Los magistrados no están sujetos a un horario fijo de trabajo, sino a una disponibilidad permanente, variando su carga profesional en función de las exigencias procesales, cada vez más acentuadas, y su papel es considerado esencial para la administración de justicia.

Considerando las funciones específicas desempeñadas, los sacrificios que exige, el debate sobre el equilibrio entre la vida profesional y personal de los magistrados no está, ni puede estar, ausente.

Las cuestiones relacionadas con la salud mental, la sobrecarga de trabajo y la conciliación de las responsabilidades familiares han adquirido cada vez mayor importancia entre los magistrados, como lo demuestra el “Estudio sobre las Condiciones de Trabajo, el Agotamiento Profesional y el Bienestar de los Magistrados del Ministerio Público Portugués” realizado por el Centro de Estudios Sociales (CES) de la Universidad de Coimbra.

La realización de entrenamientos durante el horario de almuerzo, especialmente cuando se impone sin alternativa ni compensación, viola el derecho al descanso y a la integridad personal, previstos en los artículos 59 y 25 de la Constitución.

Cuando se normaliza la hora de comer para el cumplimiento de deberes funcionales, se transmite un mensaje peligroso: que el tiempo personal del juez es desechable. Peor aún, que el derecho al descanso es una concesión, no un derecho.

Es paradójico que a los jueces se les exija tomar decisiones meditadas, prestar atención a los detalles, ser lúcidos en sus argumentos y ser técnicamente rigurosos… mientras que al mismo tiempo se les quita el mínimo descanso necesario para recuperar fuerzas durante la jornada.

Un magistrado agotado es un riesgo para la calidad de la justicia, por muy competente o dedicado que sea.

El entrenamiento, por importante que sea, debe realizarse en momentos oportunos, con planificación y respetando la estructura funcional de las canchas. No hay entrenamiento verdaderamente efectivo cuando el cuerpo pide descanso y la mente clama silencio.

Lo que está en juego es la humanización del ejercicio de la judicatura. Lo que está en juego es el ejemplo que el propio Ministerio Público da como garante de la legalidad. Lo que está en juego es la coherencia de una institución que legítimamente exige respeto de la sociedad, pero que también debe respetar a sus propios miembros.

Es hora de parar.

Detenerse a comer, a respirar, a pensar, a descansar, ya que la dedicación exclusiva no puede significar un agotamiento permanente.

Los textos de esta sección reflejan las opiniones personales de los autores. No representan a VISÃO ni reflejan su postura editorial.

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