Surge más evidencia de que una de las lunas de Saturno podría albergar vida

Un estudio reciente de Encélado, una de las lunas de Saturno , ha detectado varios compuestos orgánicos nunca antes registrados allí. Los hallazgos, publicados este mes en Nature Astronomy , ofrecen nuevas pistas sobre la composición química interna de este mundo helado, así como nuevas esperanzas de que pueda albergar vida.
Los investigadores analizaron datos de la sonda Cassini , que se lanzó en 1997 y estudió Saturno y sus lunas durante años hasta su destrucción en 2017. Para Encélado, Cassini recopiló datos de fragmentos de hielo expulsados con fuerza desde el océano subterráneo de la luna hacia el espacio.
Encélado es uno de los 274 cuerpos descubiertos hasta ahora en la atracción gravitatoria de Saturno. Mide unos 500 kilómetros de diámetro, lo que lo convierte en el sexto satélite más grande del planeta. Si bien esta luna no destaca por su tamaño, es notable por sus criovolcanes: géiseres en el polo sur de Encélado que expulsan vapor de agua y fragmentos de hielo. Las columnas de material expulsado pueden extenderse hasta casi 10,000 kilómetros de longitud , que es más que la distancia entre México y la Patagonia, y parte de este material se eleva al espacio. El más externo de los anillos principales de Saturno, su anillo E, está compuesto principalmente de hielo expulsado al espacio por Encélado.
Se cree que este material proviene de una cámara de agua salada bajo la corteza helada de la luna, conectada a su núcleo rocoso. Es posible que allí se estén produciendo reacciones químicas, bajo alta presión y calor.
Hasta ahora, la mayoría de los análisis químicos del hielo de Encélado se centraban en partículas depositadas en el anillo E de Saturno. Sin embargo, durante un sobrevuelo a alta velocidad de la luna en 2008, Cassini tuvo la fortuna de muestrear directamente fragmentos recién expulsados de un criovolcán. El nuevo artículo de investigación reanalizó estos datos, confirmando la presencia de moléculas orgánicas previamente detectadas, además de revelar compuestos que no se habían detectado previamente.
Se cree que estos compuestos son intermediarios en la síntesis de moléculas más complejas, que podrían tener relevancia biológica. Sin embargo, es importante destacar que estas moléculas también pueden formarse abióticamente, declaró a Reuters Nozair Khawaja, científico planetario de la Universidad Libre de Berlín y autor principal del estudio. El descubrimiento amplía significativamente el espectro de moléculas orgánicas confirmadas en Encélado.
La clave es que los compuestos aparecieron en partículas recién expulsadas, lo que sugiere que se formaron en el océano oculto de la luna o en contacto con sus interfaces internas, no durante su viaje a través del anillo E ni por exposición a las condiciones espaciales. Esto refuerza la hipótesis de que los procesos hidrotermales bajo la superficie de Encélado podrían estar generando una rica química orgánica. Combinando esta nueva investigación con estudios previos, los científicos han encontrado cinco de los seis elementos esenciales para la vida (carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre) en el material expulsado del satélite.
Esto en sí no constituye un descubrimiento de vida, ni de biofirmas (señales de vida). Sin embargo, la investigación confirma que Encélado reúne las tres condiciones básicas para la formación de vida: agua líquida, una fuente de energía y elementos esenciales y materia orgánica. «Encelado es, y debería ser, el objetivo principal para explorar la habitabilidad y determinar si existe vida», afirmó Khawaja.
Esta historia apareció originalmente en WIRED en Español y ha sido traducida del español.
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