Hay una crisis política en el país africano. El primer ministro y el presidente están enfrentados.

Las tensiones políticas se han intensificado en Senegal. El primer ministro Ousmane Sonko ha entrado en una disputa abierta con el presidente Bassirou Diomaye Faye. El primer ministro Sonko ha declarado que existe un grave problema de autoridad en el gobierno del país y ha acusado al presidente Faye de ignorar los ataques de los medios de comunicación y la oposición en su contra.

El primer ministro Sonko, en una reunión organizada por su partido, PASTEF, profirió duras declaraciones mientras el presidente Faye se encontraba en el extranjero. Criticando a Faye, quien se encontraba en el extranjero para una minicumbre organizada por el presidente estadounidense Donald Trump con cinco países africanos, Sonko declaró: «Si el presidente considera que ya no soy útil, estoy dispuesto a renunciar a mi cargo y retomar mis funciones como parlamentario».

Sonko también reaccionó a la confirmación de la sentencia por parte del Tribunal Supremo el 1 de julio en el caso de difamación interpuesto por el entonces ministro de Turismo, Mame Mbaye Niang, en mayo de 2023. Expresando su enojo por la inacción del presidente Faye, Sonko declaró: «Si yo estuviera en su lugar, el proceso no habría funcionado así».

La declaración del primer ministro Sonko se produjo mientras el presidente Faye y el presidente del Parlamento, El Malick Ndiaye, se encontraban en el extranjero. En declaraciones que resonaron ampliamente entre la opinión pública senegalesa, Sonko argumentó que el país no atravesaba una crisis política común, sino un grave vacío de poder.

Tras la decisión aprobada por el Tribunal Supremo, Sonko fue despojado de su derecho a ser elegido, condenado a seis meses de prisión en suspenso y a pagar una multa de 200 millones de CFA (unos 35.000 dólares estadounidenses).

Ousmane Sonko aspiraba a presentarse a las elecciones presidenciales de abril de 2024. Sin embargo, al no poder presentarse debido a una condena de prisión, nominó a Bassirou Diomaye Faye, a quien llamaba su "compañero" y en quien más confiaba.

Sonko, quien apoyó a Faye durante toda la campaña electoral, dirigió la campaña bajo el lema "Diomaye es Sonko, Sonko es Diomaye". El presidente Faye ganó las elecciones con el 54,2 % de los votos en la primera vuelta y nombró a Sonko primer ministro inmediatamente después de asumir el cargo.

Sin embargo, los observadores políticos habían pronosticado que Sonko, conocido por su carisma y ambición, no podría mantener el cargo de Primer Ministro, aunque más limitado, por mucho tiempo. La reciente crisis ha puesto de relieve el deterioro de la relación entre ambos líderes.