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Este pueblo blanco tiene una salina romana y un manantial rosa de aguas saladas

Este pueblo blanco tiene una salina romana y un manantial rosa de aguas saladas

La ruta de los pueblos blancos de la sierra de Cádiz es una de las rutas más especiales y espectaculares que se puede realizar en toda la comunidad andaluza. A través de la visita a estos pequeños pueblos repletos de historia, de casas encaladas, de macetas colgadas en las paredes y de callejuelas intrincadas, se puede entrar en contacto con experiencias inolvidables.

Grazalema, Arcos de la Frontera, Villaluenga del Rosario, El Bosque o Benaocaz son algunas de las localidades más famosas que conforman esta ruta de los pueblos blancos, a la que hay que unirle también la pequeña localidad de Prado del Rey. Se trata de un destino que cuenta con numerosos encantos, en el que en esta ocasión vamos a recalar para conocer de cerca uno de sus secretos mejor guardados.

Y es que en el término municipal de Prado del Rey, en el interior del Parque Natural de los Alcornocales, se encuentran las denominadas salinas romanas de Iptuci,-ubicadas cerca del cerro Cabeza de Hortales- que toman este nombre del yacimiento arqueológico que se encuentra en la zona. Para conocer sus orígenes nos tenemos que remontar nada y nada menos que a la edad de bronce, contando además con la particularidad de ser las únicas salinas de interior que siguen en funcionamiento en toda la provincia de Cádiz.

Hace 3.000 años fueron los fenicios los primeros que comenzaron a explotar esta auténtica riqueza, percatándose de que se existían en la zona, manantiales de agua de elevada salinidad que manaban a lo largo de todo el año. Corría el siglo II de la era cristiana, coincidiendo con el periodo de la dominación romana, cuando estas salinas alcanzaron su mayor apogeo, convirtiéndose en un síntoma de riqueza. Eran tiempos en los que la sal era un elemento fundamental para la vida diaria de los habitantes del lugar, ya que se usaba como conservante de numerosos alimentos, alcanzando tanto valor que incluso se utilizaba como moneda.

El agua que mana de estos manantiales tan especiales, lo hace a una temperatura de 25 grados y con un contenido salino espectacular, en el que se llegan a alcanzar hasta los 28 gramos de sal por litro. En la actualidad, parece como si el tiempo se hubiese detenido en este espectacular paraje donde los colores se entremezclan. Y es que los artesanos que trabajan en este lugar, siguen extrayendo la sal de la misma manera que lo hacían los romanos, con elementos como rastrillos, escobones, carrillos de mano y zoletas.

Prado del Rey es un pueblo encantador, en el que además de sus salinas se pueden visitar otros enclaves cádiz turismo

Estas salinas se encuentran en el kilómetro 24 de la carretera que une las localidades de Arcos de la Frontera y El Bosque, y se pueden concertar visitas llamando al teléfono 639 46 75 12. En la actualidad se elaboran tres tipos de sal, como son la flor de sal, la sal en escamas y la sal gorda. En la casa salinera se ubica una tienda en la que se puede comprar este exquisito producto, que servirá para darle un toque único a tus platos.

Todos aquellos que quieran pueden complementar esta visita con un paseo por las encantadoras calles de la localidad de Prado del Rey, en las que los monumentos más destacados son el templo parroquial de Nuestra Señora del Carmen y el antiguo Pósito de Labradores. No hay que perderse su rica gastronomía, en la que destacan las alboronías de garbanzos y pimientos, y las torrijas de miel. Y es que otro de los productos sin los que no se puede entender este pueblo blanco de la sierra de Cádiz es la extraordinaria miel que se recolecta.

ABC.es

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