«Nos dais miedo»: interpelado por Yves Camdeborde, Manuel Bompard responde a los temores de los empresarios.

¿Es el programa económico del NFP desfavorable para las microempresas y las pymes? Esto es lo que opinan el restaurador Yves Camdeborde y el empresario Mourad Boudjellal, quienes desafiaron al coordinador de LFI, Manuel Bompard, en el rodaje de Grandes Gueules este viernes. «Una caza de brujas», denunció el primero, mientras que el segundo teme que, si LFI llega al poder, sea «percibido como una especie de criminal».
"Lo que cuestiono es una política diseñada principalmente para beneficiar a las grandes empresas ", comienza el diputado de Bocas del Ródano. "Los créditos fiscales han beneficiado en gran medida a las multinacionales, pero no han creado empleo. Al contrario, los han destruido, y el dinero ha ido directamente a los accionistas. Hago una distinción entre los grandes grupos y las pequeñas y medianas empresas", enfatiza.
Las pymes y microempresas enfrentan grandes dificultades para acceder al crédito. Proponemos la creación de un centro bancario público que les facilite este acceso. Lo mismo ocurre con el coste de la energía: debemos restablecer precios regulados de la electricidad y no permitir un mercado que provoque aumentos del 100 o 200%, defiende el Insoumis. Cree que con una política de inversión pública —por ejemplo, en renovación energética— todo el sector de la construcción se beneficiaría.
Excepto que para Mourad Boudjellal, el verdadero problema reside en las cotizaciones patronales, que son demasiado elevadas para su gusto. «Necesitamos una oferta competitiva, y para ello, necesitamos reducir las comisiones para que se reflejen en el precio de venta». «Las comisiones de la URSSAF son un verdadero fastidio, sobre todo para las pequeñas empresas», coincide la emprendedora autónoma Joëlle Dago-Serry.
"Les decimos que necesitamos una reducción de impuestos, y dicen que no. Hablan de golpear a las multinacionales, pero lo que duele, cuando eres pequeño, no es la tasa impositiva, sino la complejidad del Estado", lamenta.
Un juicio simulado según Manuel Bompard: "¿Para qué sirven estas cotizaciones a la seguridad social? Financian la seguridad social, el seguro médico y las pensiones. No es dinero robado a los empleados. Hacer creer que la gente viviría mejor si se eliminaran estas cotizaciones no es cierto", insisten los Insoumi. "En países sin sistema público, no hay pensiones: solo capitalización y seguros privados".
«Trabajar no debería considerarse un impuesto. Debería ser una forma de consumir», afirma Mourad Boudjellal.
El sistema social francés le conviene a Yves Camdeborde, como él mismo reconoce. «Lo que me molesta es que apliquemos los mismos impuestos independientemente de la profesión. En la restauración, por ejemplo, necesitamos mucha mano de obra. Así que pagamos muchos impuestos, pero tributamos como otros sectores que no necesitan contratar. Como resultado, estamos en desventaja, aunque creamos muchos empleos», señala.
«Por eso la fiscalidad debe ajustarse en función de lo que hacen las empresas con sus beneficios: ¿los reinvierten en sus herramientas de trabajo o reparten dividendos?», responde Manuel Bompard.

El coordinador del LFI aboga por un cambio de política económica para devolver el poder adquisitivo a los franceses, que ya no pueden permitirse comer en restaurantes. «Todo lo contrario a lo que hacía François Bayrou», concluye.
RMC