Sillas de camping y xenofobia: con los milicianos que custodian la frontera polaca

Tanto Berlín como Varsovia han restablecido los controles en sus fronteras comunes. Sin embargo, la eficacia de los guardias fronterizos polacos está siendo cuestionada por el "Movimiento de Protección Fronteriza", una milicia de extrema derecha que patrulla en busca de inmigrantes ilegales. Informe del "Frankfurter Allgemeine Zeitung", un periódico conservador alemán.
Una furgoneta blanca avanza lentamente entre una hilera de vehículos en el puente que conecta Fráncfort del Óder con Slubice, su ciudad hermana polaca. "¡Miren, no hay controles!", exclama la mujer a la que llamaremos "Ewa" desde el lado polaco del puente. "¡Podría haber cualquier cosa ahí dentro!"
Los guardias fronterizos polacos han instalado un puesto de control al otro lado de la calle y realizan controles aleatorios en ambas direcciones. La furgoneta, con el logotipo de una constructora, no figura entre los vehículos inspeccionados y continúa hacia el centro. "Es pura fachada", dice Ewa con un gesto de decepción.
A sus 72 años, Ewa, aún en plena forma, se levanta temprano y se pone un chaleco amarillo con las palabras "Ruch Obrony Granic" (ROG) escritas en mayúsculas rojas. También lleva escrito "Movimiento de Protección Fronteriza" (BPM). Junto con dos compañeros de aproximadamente la misma edad, cada uno con chaleco amarillo —uno con gorra y el otro con sombrero de pescador—, Ewa se apostó frente a un quiosco junto a la carretera de acceso al puente que conduce a Alemania. Además de las tres sillas de camping y su sombrilla, los tres desplegaron una pancarta enmarcada por dos banderas de polo.
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Courrier International