¿Conversaciones de paz en Estambul? Una oportunidad frágil

Según The Gateway Pundit , Rusia y Ucrania están listos para reunirse en Estambul el jueves 15 de mayo para iniciar conversaciones de paz directas. La propuesta provino del presidente ruso, Vladimir Putin, mientras que se dice que Donald Trump ejerció una fuerte presión sobre Volodymyr Zelensky para que aceptara. Sin embargo, hay que recordar que hace apenas unos días Zelensky se había burlado de la propuesta rusa, rechazando abiertamente el formato de negociación sugerido por el Kremlin.
La medida es parte de una serie de acciones diplomáticas coordinadas por la administración Trump, que ya ha ayudado a congelar las tensiones entre India y Pakistán y reabierto un canal de diálogo con Irán. En este contexto, Trump instó públicamente a Zelensky a aceptar la confrontación con Putin, calificándola como una oportunidad para “poner fin al baño de sangre” y evaluar si una vía diplomática sigue siendo viable.
El contexto europeo: la paz no conviene a todosPero no es sólo la rigidez de Zelensky la que obstaculiza las negociaciones. Aunque ignorado por los grandes medios de comunicación, en Europa se ha consolidado un frente hostil a Rusia , integrado por países que se autodenominan una “coalición de los dispuestos”, cuyo objetivo no es la paz, sino la prolongación del conflicto o al menos el mantenimiento del actual clima de ruptura con Moscú, útil a su propia agenda estratégica y económica.
Entre ellos destacan Francia, Alemania y el Reino Unido , no sólo por su cerrazón política, sino por la retórica sistemática según la cual Rusia representa una amenaza directa para todo el continente europeo , hasta hipotéticos fines imperialistas sobre otros países de la UE, declaraciones carentes de base lógica, pero repetidas y amplificadas por Bruselas y sus "cabezas de batería". Entre los más agresivos también están los países bálticos , animados por una rusofobia ahora bien conocida: basta pensar que en Estonia y Alemania, el 9 de mayo, Día de la Victoria, estaba prohibido conmemorar públicamente la derrota del nazismo , bajo pena de severas sanciones. Una señal alarmante de revisionismo ideológico y distorsión histórica.
Profundas diferencias en las modalidades de negociaciónPutin propuso conversaciones sin condiciones previas , destinadas a resolver las causas estructurales de la guerra. Zelensky, por su parte, relanzó poniendo como condición esencial un alto el fuego de 30 días , declarándose dispuesto a participar personalmente en la reunión.
Un gesto inusual, que parece más un intento diplomático de acercamiento al presidente ruso que una auténtica apertura. De hecho, en la práctica internacional, las cumbres entre jefes de Estado sólo tienen lugar después de una fase de negociaciones exploratorias entre delegaciones técnicas, capaces de verificar si existe un margen concreto para un acuerdo.
La realidad sobre el terreno: escalada, no treguaMientras tanto, los hechos hablan claramente. Durante el alto el fuego de tres días declarado por Moscú (del 8 al 10 de mayo), el Ministerio de Defensa ruso documentó:
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14.043 violaciones del alto el fuego por parte de Ucrania;
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5 intentos de incursión en territorio ruso (regiones de Kursk y Belgorod);
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4.011 ataques con artillería, morteros y tanques , incluidos 62 lanzacohetes múltiples;
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9.918 lanzamientos de municiones mediante drones y otros sistemas aéreos.
Estos datos confirman que la tregua ha sido ignorada y que las hostilidades no están disminuyendo en absoluto . Por el contrario, es plausible que Kiev aproveche el contexto diplomático para reforzar sus líneas , también en vista de un posible apoyo de la OTAN, cada vez más evocado por varias capitales europeas.
Conclusión: un apretón de manos aún está muy lejosLa posible reunión en Estambul, si se produce, será más un gesto teatral que un punto de inflexión concreto . Las premisas de negociación son frágiles y no hay una voluntad real de llegar a acuerdos por parte de Ucrania. Zelensky, tras la retirada temporal de Trump, podría utilizar la cumbre para aparentar ser una parte cooperadora , y en caso de fracaso , atribuir toda la responsabilidad a Putin , obteniendo así dos resultados:
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Reactivar la presión de EE.UU. contra Rusia , como en la era Biden;
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Impulsar nuevas sanciones y consolidar el aislamiento internacional de Moscú .
En este sentido, la cumbre podría representar una herramienta táctica más que una esperanza de paz . La iniciativa de Trump puede haber reabierto un canal, pero el clima sigue incandescente. Como suele ocurrir en estas fases, la diplomacia sirve más para medir distancias que para salvarlas .
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