Pisa, momento decisivo: doblete a domicilio para Sassuolo y Spezia por la Serie A
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Acaban de concluir en Pisa las celebraciones en honor a Galileo Galilei, que desde hace años se celebran con motivo de su cumpleaños (15 de febrero de 1564). La atención de la ciudad se desplaza ahora a la parte futbolística, que se prepara para vivir las jornadas decisivas para el ascenso a la Serie A. Y también Pippo Inzaghi ha estudiado mucho para recoger los frutos de su trabajo, muy racional y objetivo, dando una explicación concreta a la filosofía del fútbol. Es decir, simplemente sumar puntos. Y así, corriendo, diseñó la mejor Pisa jamás vista en la Serie B, entrando así, a su manera, en la historia de la ciudad. Que ahora se prepara para las 9 jornadas decisivas, de cara al doble choque directo a domicilio contra Sassuolo y Spezia que podría decantar definitivamente la lucha por el ascenso.
En esta categoría ha participado en 40 ediciones y nunca antes el Pisa, en los primeros 27 partidos, había conseguido 17 victorias alcanzando los 57 puntos. Si no hubiera sido por el gran Sassuolo de por medio, estos números habrían sido una garantía absoluta para el éxito final. Esto es gracias a un carácter que Inzaghi ha sabido transmitir a su equipo, capaz de brillar en situaciones difíciles -la lista de puntos arrebatados con los dientes esta temporada es larga- y paradójicamente más en apuros cuando la tarea parece fácil (véase Cesena). Por este motivo, el Pisa estará preparado y decidido a afrontar estos dos partidos clave fuera de casa y potenciar su carácter. El primero será el sábado en el campo del líder de la liga, que ahora está a 5 puntos del primero: ya derrotado en la ida, si vence el Sassuolo se pondría a tiro del primer puesto. Un trono platónico, por el amor de Dios, dado que a la Serie A se puede ir incluso quedando segundo. Por eso, aún más importante para el Pisa será el desafío -también muy sentido por los aficionados dada la rivalidad histórica- de La Spezia la semana siguiente: hoy la ventaja sobre el tercer puesto es de 7 puntos tras el sprint de la última jornada, y el Pisa intentará llegar al Picco en la misma situación para intentar cerrar el asunto, ante un Spezia que antes de ese día estará en el campo el viernes por la noche en Bolzano y que está viviendo una ralentización de resultados (sólo 2 puntos en los últimos 3 partidos) ciertamente no un buen augurio en esta fase tan delicada de la temporada.
La aceleración de Pisa en 2025 fue devastadora en cualquier caso. Con 5 victorias y 2 empates fuera de casa (contra una derrota en casa contra el Cittadella) el ritmo ha sido decididamente rápido: sólo el Sassuolo lo ha hecho mejor (6 victorias), mientras que el Spezia ha conseguido sólo 3 victorias, con otros tantos empates y 2 derrotas. Los comienzos veloces son una prerrogativa de Inzaghi, como cuando corría fuera de juego justo delante de los defensores y marcaba. Nadie marca tantos goles como el Pisa en la primera mitad (23 goles marcados) y sólo el Bari mantiene su portería tan protegida en los primeros 45 minutos (8 goles recibidos). Pero sobre todo, más allá de las estadísticas, impresiona como el equipo sabe superarse en los momentos de dificultad, con el capitán Caracciolo simbolizando el espíritu del equipo, liderando las defensas (Canestrelli, Bonfanti, Rus, Calabresi...), las segundas menos derrotadas tras las del Spezia (23 a 19). Pero incluso arriba no hay bromas y el ataque (45 goles, sólo el Sassuolo lo ha hecho mejor con 58) cuando puede contar con los mejores Tramoni duerme entre dos almohadas: mientras tanto Morutan se recupera, hay un lujo Moreo, espera a Meister y ve crecer a Lind.
En definitiva, Pisa tiene buenas razones para creer y vuelve a consultar la historia para disfrutar del presente. Sin más preámbulos a Galileo Galilei y otros científicos, hay otra fecha que nunca ha sido olvidada. Es el del 26 de mayo de 1991, Pisa-Roma 0-1, gol de Roberto Muzzi: el último partido del Pisa en la Serie A, el del siempre querido Romeo Anconetani y de una auténtica pasión. La próxima Serie A comienza el sábado 23 de agosto, y 12.508 días después el Pisa quiere regresar. Mucho, mucho ha cambiado. En las estructuras, pero también en los hombres.
La Gazzetta dello Sport