Sobre la crisis ucraniana, Meloni intenta formar un eje con Starmer para bloquear la idea de Macron sobre las tropas de la UE


El caso
La primera ministra se enfrenta a complicados equilibrios geopolíticos: hoy cumbre con Costa, el domingo vuela a Londres. Pero la persiguen los proyectos de ley y el consenso del país real.
Billetes y bayonetas. Giorgia Meloni se moviliza en el frente diplomático después del tormentoso G7 sobre Ucrania. La agenda de la primera ministra empieza a llenarse: esta mañana participará vía videoconferencia en la reunión convocada por el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, para escuchar del presidente francés, Emmanuel Macron, el informe de la reunión de ayer con Donald Trump. El domingo viajará a Londres para reunirse con el primer ministro británico, Keir Starmer. En medio de estos vientos de guerra, el primer ministro se muestra preocupado por el alto costo de las facturas. Es emblemático el Consejo de Ministros que fue postergado hasta el viernes. La medida – elaborada por el ministro de Economía Giancarlo Giorgetti – no ha sido satisfactoria a los ojos del primer ministro, dividido entre política exterior e interior, preocupado por el consenso sobre las medidas que verdaderamente interesan a los italianos. A diferencia de la guerra que, como viene repitiendo desde hace tiempo, “ha cansado a la opinión pública”. Imaginemos ahora que el asunto ha salido a la luz con el debate sobre el envío de tropas italianas para apoyar a Zelensky. Son cuestiones que hay que tratar con mucho cuidado, hasta el punto de que ayer el subsecretario Giovanbattista Fazzolari, custodio del verbo meloniano, afirmó que el envío de tropas occidentales a Ucrania como fuerza de interposición tras un acuerdo de paz es una hipótesis que Francia apoya desde hace tiempo, pero que Italia no considera la solución más eficaz. Como nunca ha habido, según Fazzolari, una fuerza de interposición internacional entre dos ejércitos de este tamaño, en ambos lados hay más de un millón de soldados armados "y no veo claramente cuál es la fuerza de interposición entre estos dos ejércitos". Una misión bajo la égida de la ONU, incluido Estados Unidos, sería un asunto diferente. Hipótesis que Meloni y Tajani discutieron después del G7 durante una cumbre restringida. Así, el primer ministro volará el domingo a Londres, acompañado del ministro Guido Crosetto, para reunirse con Starmer, primer ministro británico y líder laborista, para una cumbre con los países de la UE, convocada por el primer ministro polaco, Donald Tusk. Será una oportunidad para relanzar un banco de defensa europeo, pero también, desde la perspectiva de Meloni, para consolidar un eje con la diplomacia británica. Lo que en resumen bloquea el avance de Macron con el concepto de que no hay una iniciativa solitaria por parte de Europa sobre Ucrania. Cualquier misión en Ucrania debe contar con el apoyo militar, y por tanto con la participación, de la América trumpiana. No es casualidad que Tajani repita que sí al envío de tropas, pero sólo bajo el paraguas de la ONU. Mientras tanto, Meloni debe pensar en reposicionarse en el Viejo Continente (frente a la nueva Alemania) en relación a la Casa Blanca. Un juego de riesgo que a los italianos no les interesa demasiado, más preocupados por el alto coste de las facturas.
Más sobre estos temas:
ilmanifesto