Los días de calor peligrosos para las embarazadas se duplican

El calor extremo es uno de los factores climáticos más peligrosos para la salud de las mujeres embarazadas y sus fetos, y como el calentamiento global empeora cada año, los períodos considerados de alto riesgo para las mujeres embarazadas están aumentando. Según un análisis de Climate Central, el número promedio anual de días peligrosamente calurosos para las mujeres embarazadas se ha duplicado en los últimos cinco años en casi el 90 por ciento de los países y el 63 por ciento de las ciudades del mundo. «Italia se encuentra entre las zonas más afectadas –advierte Martino Abrate, ginecólogo y miembro de la ISDE (Asociación de Médicos por el Medio Ambiente)–. De los 35 días de peligro actuales, 22 se han sumado por el cambio climático en los últimos cinco años».
A nivel mundial, entre 2020 y 2024, el cambio climático ha provocado al menos un mes adicional por año de días de riesgo de embarazo en casi un tercio de los países y territorios estudiados (78 de 247). Además, las regiones en desarrollo (el Caribe, América Central y del Sur, las Islas del Pacífico, el Sudeste Asiático y el África subsahariana) se ven particularmente afectadas, ya que a menudo el acceso a la atención sanitaria es limitado. «La crisis climática ya no es solo un problema medioambiental —continúa Abrate—, sino un determinante de salud pública que ya afecta a las personas más vulnerables: las mujeres embarazadas y sus hijos». De hecho, la exposición a altas temperaturas durante el embarazo está relacionada con un mayor riesgo de complicaciones como hipertensión, diabetes gestacional, hospitalización, morbilidad materna grave, muerte fetal y parto prematuro, lo que puede tener consecuencias para la salud del niño durante toda la vida. “Incluso un día de calor extremo puede aumentar el riesgo de complicaciones graves durante el embarazo”, afirma Kristina Dahl, vicepresidenta científica de Climate Central. “Reducir las emisiones de combustibles fósiles no sólo es bueno para el planeta: es un paso fundamental para proteger a las mujeres embarazadas y a los recién nacidos en todo el mundo”, afirma Bruce Bekkar, médico especializado en la salud de la mujer y los peligros del cambio climático para la salud humana.
ansa