Crecimiento económico 2025: ¿Quién sabe que depara el futuro? Intentemos con ciencia y datos
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Recientemente el Banco de México, ajustó su pronóstico de crecimiento económico para 2025. Sí: paso de un optimista 1.2% a un tímido 0.6%. ¿Qué paso ahí? ¿Se nos cayó el castillo de naipes? En su publicación del “Informe Trimestral Octubre-Diciembre 2024“, publicado el 19 de febrero de 2025, hacen mención al ajuste del cambio de pronostico debido a la desaceleración de la economía global, como interna, incertidumbre económica y la presión sobre la inflación. En dicha publicación no hacen publico los coeficientes que permite saber el impacto que se tendría en el pronóstico del crecimiento ante un movimiento de las variables que ellos consideran pertinentes. No es por hacerle sombra al Banco de México, pero al menos podemos decir que no tenemos secretos y nos tomamos a la tarea de hacer nuestro propio modelo.
Para entender qué va a pasar con el crecimiento económico en 2025, armamos un modelo econométrico. Y no es tan aburrido como suena. Es básicamente una forma elegante de decir que tratamos de ver como se relacionan diferentes cosas en la economía. Y para hacerlo mas interesante, excluimos algunas cosas (como la tasa de interés y el tipo de cambio) porque ya sabemos que influyen indirectamente, pero no queríamos complicarnos la vida. Es como cuando quieres hacer una pizza, pero decides no ponerle piña porque sabes que solo va a hacer que todos se peleen.
La primera estrella en nuestro modelo es el consumo privado: Este es el gran motor de cualquier economía. Es como el combustible en el coche. Si la gente compra cosas, las empresas producen más y la economía va dando vueltas. Según el famosísimo economista John Maynard Keynes, el consumo esta fuertemente relacionado con el ingreso disponible. Keynes argumento en su “Teoría General del Empleo, el Interés y el Dinero” (1936) que el gasto de los hogares aumenta a medida que tienen más dinero disponible y que eso es esencial para impulsar la economía. En México, donde el consumo privado representa más del 60% del Producto Interno Bruto (PIB), este es un factor clave. Si el consumo de los hogares cae, la economía también lo hará. No es por alarmar, pero si en México los hogares no gastan, las empresas no venden, los empleos no crecen y el país no avanza.
La inversión es la siguiente pieza del rompecabezas. Aquí, estamos hablando de la acumulación de capital, que es uno de los pilares fundamentales del crecimiento económico a largo plazo, según el modelo de crecimiento de Solow (1956). Este modelo explica que el crecimiento económico depende de tres factores: la acumulación de capital (inversión), el progreso tecnológico y el crecimiento de la fuerza laboral. En el caso de México, la inversión ha sido tradicionalmente volátil, influenciada tanto por factores internos (como la confianza empresarial y el clima político) como externos (la relación con Estados Unidos y la situación global). En tiempos de incertidumbre, como las que hemos vivido en los últimos años, los empresarios suelen frenar sus proyectos de inversión. Y claro, menos inversión significa menos empleo, menos infraestructura y menos progreso.
Las exportaciones netas son fundamentales en una economía abierta como la mexicana. Siguiendo la lógica de la teoría de la ventaja comparativa de David Ricardo (1817), los países deberían especializarse en producir lo que hacen mejor y comerciar con otros países para obtener lo que no producen de manera eficiente. En México, las exportaciones representan una parte importante del PIB, especialmente las ventas a Estados Unidos, su principal socio comercial. Si las exportaciones aumentan, el país se beneficia; si disminuyen, la economía se ve afectada. La relación con EU es crucial, ya que cambios en la política comercial o tarifas podrían impactar significativamente a México. Por ejemplo, un incremento en los aranceles, como lo es el tema principal de negociación entre ambos países actualmente podría encarecer los productos mexicanos en el mercado estadounidense y reducir las exportaciones.
¿Qué pasa con la inflación? Bueno, la inflación es ese concepto ruidoso que se mete en todos los rincones de la economía. A nivel teórico, la curva de Phillips nos dice que hay una relación inversa entre la inflación y desempleo: cuando la inflación sube, el desempleo tiende a la baja, pero no siempre es así. En el caso de México, la inflación controlada es crucial, por que si lo precios suben demasiado, el poder adquisitivo de los consumidores se ve afectado y eso reduce el consumo, lo cual es negativo para el crecimiento. En otras palabras, si los precios suben y suben sin control, el café de la mañana podría costarte el doble y nadie quiere eso. Además, la inflación afecta a las empresas, ya que aumenta los costos de producción y puede llevar a una desaceleración económica.
Por último, el gasto de gobierno es la última variable importante, Según la teoría kaynesiana, el gasto público es fundamental en momentos de desaceleración económica. El gobierno puede intervenir y estimular la demanda agregada mediante inversiones en infraestructura, subsidios o programas de apoyo. En un país como México, con altos niveles de informalidad laboral y una economía que depende en gran medida de los ciclos globales, el gobierno tiene un rol contra cíclico esencial. En tiempos difíciles, si el gobierno reduce su gasto, la economía tiembla; si gasta más, puede reactivar la economía, al menos temporalmente.
Después de hacer todos los cálculos sin quebrarnos la cabeza demasiado, se plantea los siguientes resultados:
Pibt=12.23+0.85 CP+0.67 Inv+0.45 ExpN-0.23 Inf+0.38 G+u
CP= Consumo privado
Inv=Inversión
ExpN= Exportaciones netas
Inf =Inflación
G= Gasto del gobierno
Lo que esto nos dice es que el consumo privado y la inversión son las variables macroeconómicas con mayor injerencia en la economía mexicana. Si esos dos se mueven, la economía se mueve también. Por otro lado, la inflación, con su coeficiente negativo, no es la invitada más bienvenida en la fiesta por lo que es la principal tarea del Banco de México cuidarla a través de su tasa de interés y otras formas pertinentes para controlarla.
Con todos estos números, nos aventuramos a dar nuestra predicción de dos posibles escenarios para 2025:
Escenario optimista: Aquí el consumo y la inversión siguen una trayectoria moderada , la inflación se mantiene bajo control , las negociaciones con Trump son favorables y no se implementan los aranceles en el total de los productos y el gobierno gasta lo suficiente para ayudar a la economía. El crecimiento proyectado sería de un 0.92%. No es el mejor panorama, pero al menos la economía no se desploma. Es como tener un día nublado, pero sin lluvia.
Escenario pesimista: Si las negociaciones con Trump se tornan difíciles y aplican los aranceles y por ende las exportaciones caen, la inversión se reduce y el gobierno no hace mucho para ayudar (reduce su gasto). El PIB podría caer hasta -0.21%, lo que nos llevaría a una recesión. Es como cuando te das cuenta de que te quedaste sin batería en el celular y no hay enchufes cerca. Todo va mal y no sabes que hacer.
En mi opinión lo que esta claro es que en 2025, lo que más va a influir en el crecimiento económico en México será como nos comportemos como consumidores, cuanto inversión productiva exista por parte de las empresas, como el gobierno reacciones antes las negociaciones de la política comercial, también como maneje su gasto y si la inflación se mantiene dentro de los parámetros coherentes. Si bien al plantear un modelo se puede observar las variables que tienen mayor impacto y en que se puede ajustar para poder apoyar la economía, el resultado o la eficiencia del modelo se podrá observar a través del tiempo.
sdpnoticias