Las ganaderías de toro bravo también sufren la plaga de incendios: el fuego quema el 80% de la finca extremeña de Jandilla

El toro bravo vive en amplias extensiones de campo que forman la dehesa. Los cuidados del medio y el sistema implementado de la explotación ganadera, es decir, el extensivo favorece la limpieza de montes y prados gracias a la relajada existencia del ganado en sus hectáreas. Sin embargo, entre las más de 115.000 hectáreas que han ardido en la oleada de incendios que afecta a la península se encuentran ganadería de bravo.
Así ha ocurrido en la finca 'Los Quintos' perteneciente a Borja Domecq ganadero de 'Jandilla' situada en Llerena (Badajoz). El incendio devoró cerca del 80% de su extensión (1.400 hectáreas). "Ahora no sirve de nada lamentarse, en estas ocasiones me acuerdo de mi padre que seguro que diría que hay que empezar a trabajar con ilusión para tratar de revertir todos los males", dice con resignación el ganadero.
Una situación límite que tuvieron que manejar con trabajadores de la explotación y con voluntarios de fincas y pueblos vecinos: "No nos ayudó nadie, allí no llegaron efectivos de ningún tipo. Todo a base de buenas personas que fueron muy solidarios. La naturaleza es sabia, las vacas huyeron hacia las zonas más alejadas al incendio, les abrimos porteras improvisadas al romper las vallas para que pudieran escapar. Contamos con algunas bajas pero en este momento no podemos definir el número" explica con agradecimiento hacia las personas que pusieron en peligro su vida por salvar al ganado, porque no se extendiera más el fuego".
Las fincas de bravo son ejemplo de limpieza aunque la normativa limita la posibilidad de acabar con rastrojos y maleza que en estas ocasiones incentiva las llamas. Además de las bajas ganaderas, la finca puede verse mermada al perder arbolado y, por supuesto, los pastos reservados para que los animales pudieran comerlos en estas fechas.
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