Tierra de mafiosos: Shonda Rhimes disfrazada de Scorsese, estilismo 'hard british' y sentido del humor garrulo

En su no tan pequeño nicho, Guy Ritchie es una marca. Una que en las salas de cine ha tenido algunos taquillazos y bastantes más fracasos. Que el mayor éxito de Ritchie, Aladdin, en 2019 es más de Disney que suyo es tan cierto como que sus muchos patinazos lo han beneficiado, pues con ellos ha construido su personalidad como creador. Las películas de Guy Richie no son ni sutiles ni refinadas, pero tienen un estilo y unas temáticas muy reconocibles. Eso es una marca.
La marca Guy Ritchie es, efectivamente, una realidad. Y la televisión la ha comprado. Netflix estrenará este mismo año la segunda temporada de The Gentlemen y ahora Paramount+ lanza Mobland. Traducida como Tierra de mafiosos y distribuida en España por SkyShowtime, esta nueva serie tiene, aunque esté creada por otros, la marca Ritchie: personajes excesivos, interpretaciones intensas, Shonda Rhimes disfrazada de Scorsese, estilismo hard british y sentido del humor garrulo. ¿Funciona? Depende.
Si la expresión "una serie de Guy Ritchie" significa algo para ti, Tierra de mafiososfunciona perfectamente. Si no, puede que la serie te interese por momentos, te descoloque en otros y te produzca vergüenza ajena puntualmente. Eso también es parte de la marca Guy Ritchie.
Ya estaba en sus dos Sherlock Holmes (taquillazos), en RocknRolla (fracasillo) y en su acercamiento al Rey Arturo con Charlie Hunnam (debacle). En Barridos por la marea no estaba, pero tampoco vamos a culpar a Ritchie de haberse plegado a todos los deseos de la estrella de aquella película, por entonces también su esposa: una tal Madonna.
Quedémonos con lo que mola de Tierra de mafiosos: Tom Hardy haciendo lo que mejor sabe hacer (que es precisamente molar), Helen Mirren en modo abuela villana, Pierce Brosnan dando mucho miedo y una Londres muy sexy, incluso cuando baja al lumpen.
Creada por Ronan Bennet, guionista de la última Chacal, Tierra de mafiososcuenta las delicadas relaciones entre varios capos de la mafia británica. Son todos, como manda el libro de instrucciones de este tipo de series, tipos fríos y sofisticados, crueles y exquisitos, implacables y estilosos.
De ahí el recurrir a los elegantísimos Brosnan o Geoff Bell, interpretando a dos patriarcas del crimen enfrentados después de que el nieto del primero y el hijo del segundo vivan una noche, digamos, complicada. Eso altera el precario equilibrio de poder de un ecosistema delictivo en el que a la mínima a uno le pegan un tiro. En medio de todo eso, Harry Da Souza (Tom Hardy) le hace el trabajo sucio a uno de los gángsteres. Él tiene, además, sus propios problemas.
Tierra de mafiosos no destaca por su originalidad, pero tampoco se somete por completo al peculiar universo de Guy Ritchie que, como productor ejecutivo de la serie, tiene mucha capacidad de decisión sobre ella. No es ésta una ficción especialmente fina, pero tampoco una macarrada de las que tanto gustan a su director.
Si la comparamos con la aparatosa The Gentlemen, algo inevitable, Tierra de mafiosossale ganando. Está entre una Palomas negras machirula y una Billions de los bajos fondos. Es fácil de seguir y de entender, visualmente competente y sale Tom Hardy. Yo con eso me conformo. Para mí, "una serie de Guy Ritchie" ahora significa "échatela un vistazo, que con suerte no será una horterada con matones más preocupados por su chaqueta y su sombrerito que por hacer bien su trabajo". Hasta de las marcas más chuscas a veces hacen productos decentes.
elmundo