Enfermedades autoinmunes; cuando el cuerpo pierde el control del ADN viral latente

Una parte significativa del ADN humano es de origen viral. En ciertas condiciones, estos elementos genéticos posvirales se hiperactivan, lo que puede provocar enfermedades autoinmunes. Esta es la conclusión de la última investigación de un equipo internacional de científicos, entre ellos la científica polaca Magdalena Madej.
"Este descubrimiento nos ayuda a comprender mejor por qué, en algunas personas, el sistema inmunitario empieza a atacar a su propio cuerpo. Espero que, en el futuro, estos resultados faciliten el diagnóstico y abran el camino a la investigación de terapias de ARN para enfermedades autoinmunes", declaró a PAP Magdalena Madej, estudiante de doctorado de la Universidad de Lund y primera autora del artículo de Cell Reports.
Los virus requieren células huésped para replicarse. Deben integrar sus genes en el ADN de, por ejemplo, una bacteria, un animal, una planta o un hongo. Estos genes son luego replicados por la maquinaria celular del huésped. En ocasiones, estos fragmentos de ADN extraño se incrustan permanentemente en el genoma y se transmiten de generación en generación.
Hoy en día, se sabe que más del 40% del ADN humano está compuesto por los llamados elementos genéticos móviles, incluyendo retrovirus y retrotransposones endógenos, muchos de los cuales son de origen viral. Estos son restos de infecciones antiguas de hace millones de años, que se han incrustado en nuestro genoma y se han heredado. Algunos de estos elementos genéticos han sido asimilados por el organismo y desempeñan funciones útiles, otros son neutrales y algunos pueden ser dañinos, por ejemplo, al dañar genes activos o provocar una respuesta inmunitaria.
Una nueva investigación de Cell Reports confirma que el cuerpo tiene sus propias formas de regular la activación de estos fragmentos virales. Si este mecanismo falla, pueden desarrollarse ciertas enfermedades autoinmunes.
Y así describieron los investigadores la acción de la enzima PUS10, que actúa un poco como un guardián que mantiene el orden entre los genes de origen viral.
- Cuando falta esta enzima, empiezan a activarse viejas secuencias postvirales y el sistema inmune lo interpreta como un ataque externo - señaló el doctorando.
Las enzimas PUS, conocidas desde hace tiempo, regulan numerosos procesos celulares, como la producción de proteínas y el empalme alternativo del ARN. En el caso de PUS10, objeto del nuevo estudio, una función reguladora clave, independiente de su actividad enzimática, resultó crucial.
Los investigadores han demostrado que el funcionamiento anormal de la enzima PUS10 está asociado con la aparición de lupus (una enfermedad autoinmune, uno de cuyos síntomas es una erupción con forma de mariposa en la cara) y colitis no específica (por ejemplo, la enfermedad de Crohn).
Para investigar mejor el papel de PUS10 en la EII in vivo, comparamos la susceptibilidad a la colitis (inducida por un compuesto específico, DSS) en ratones de tipo silvestre y ratones deficientes en PUS10. Los resultados mostraron que la falta de PUS10 provocó un aumento de la inflamación, mientras que en los ratones de tipo silvestre estos síntomas fueron mínimos, describe el investigador.
Como señala, esto indica que PUS10 desempeña un papel importante en la regulación de la respuesta inflamatoria intestinal. La inflamación crónica del colon, como la que se produce en la enfermedad inflamatoria intestinal, es un factor de riesgo conocido para el desarrollo de cáncer de colon, lo que subraya la importancia de comprender el papel de PUS10 en el control de los procesos inflamatorios.
Los investigadores también analizaron qué genes se desregulan cuando la PUS10 no funciona correctamente en el organismo. Descubrieron que esta firma genética es similar en personas con lupus. Por lo tanto, esta enzima podría contribuir al desarrollo de la enfermedad.
- El papel de la enzima PUS10 que hemos descrito se puede comparar al de un guardián que protege las células para que los ecos virales del pasado no levanten alarmas innecesarias - describe el Dr. Madej.
Aunque las secuencias genéticas de origen viral son "nuestras" porque están codificadas en el ADN, su actividad descontrolada se asemeja a una infección viral en el organismo. El sistema inmunitario, al no reconocer la situación, comienza a atacar sus propias células, lo que provoca autoinmunidad. Este mecanismo ya se conocía por publicaciones científicas previas. Ahora, la investigación ha revelado otro mecanismo molecular relacionado con la activación de secuencias posvirales y ha demostrado también cómo esto puede provocar autoinmunidad en las células del organismo.
Ludwik Tomal (PAP)
Ciencia en Polonia
lt/ bar/ japon/
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