Los científicos han investigado qué cambios de energía durante el día están asociados con

Experimentar picos y valles de energía definidos a lo largo del día podría estar asociado con un mayor neuroticismo y una tendencia a la evitación, según un estudio de la Universidad de Varsovia. La claridad del ritmo circadiano podría ser tan importante como el cronotipo y debería considerarse en la investigación cerebral, argumentan los investigadores.
Nuestro reloj circadiano determina cíclicamente los momentos de actividad y descanso. Sin embargo, cada uno de nosotros tiene un horario óptimo ligeramente diferente para la actividad, el estado de ánimo y la motivación. Se ha hablado mucho sobre el impacto que un cronotipo específico (matutino o vespertino) puede tener en la salud física y mental. Estudios han demostrado, por ejemplo, que las personas noctámbulas tienen mayor probabilidad de desarrollar diabetes tipo 2 y mayor riesgo de depresión.
Sin embargo, el cronotipo no lo es todo si queremos examinar exhaustivamente el reloj biológico humano. Investigadores de la Facultad de Biología de la Universidad de Varsovia argumentan que describir la importancia de nuestros ritmos diarios requiere considerar al menos dos dimensiones distintas: el cronotipo (la fase del ritmo circadiano) y la prominencia (la amplitud subjetiva del ritmo circadiano).
Si bien el concepto de cronotipo es bastante conocido y se estudia con frecuencia, la claridad rítmica es un concepto relativamente nuevo. La claridad indica la diferencia entre nuestras mejores y peores horas del día. Algunos tenemos momentos muy específicos en los que nos sentimos bien y otros en los que funcionamos mucho peor. Para otros, nuestro bienestar es más o menos similar a lo largo del día. Estas diferencias individuales constituyen nuestra amplitud, explicó a PAP Patrycja Ściślewska, neurobióloga de la Facultad de Biología de la Universidad de Varsovia.
En un estudio publicado en Scientific Reports, un equipo internacional de científicos examinó a 37 personas sanas de entre 20 y 30 años. Los investigadores examinaron cómo la ritmicidad circadiana (tanto el cronotipo como la prominencia) influye en la función cerebral y cómo se traduce en respuestas a recompensas y castigos.
Los participantes primero completaron cuestionarios para determinar su cronotipo, la amplitud del ritmo circadiano y los rasgos de personalidad. Durante la resonancia magnética funcional (RMf), completaron una tarea específica que implicaba ganar o perder dinero.
Si el participante hacía clic en el icono apropiado con la suficiente rapidez (es decir, más rápido que su tiempo de reacción promedio), dependiendo de la condición de la investigación, evitaba el castigo y no perdía dinero, o bien lo ganaba. Si reaccionaba con demasiada lentitud, perdía dinero o no ganaba el premio.
- Nuestro estudio demuestra que el cronotipo está más relacionado con cómo reaccionamos a los estímulos positivos, y la amplitud con cómo reaccionamos a los negativos - explicó el entrevistado a PAP.
Las asociaciones neuronales observadas entre la amplitud del ritmo circadiano y el procesamiento de estímulos asociados con el castigo (es decir, estímulos negativos) se reflejaron en los rasgos de personalidad. Una mayor amplitud se correlacionó con mayor neuroticismo y una tendencia a la conducta de evitación. A nivel neuronal, esto indicó una mayor activación, entre otras áreas, del área tegmental ventral durante la anticipación del castigo y del polo occipital izquierdo durante la retroalimentación negativa.
Cuanto mayor sea la diferencia de bienestar entre los mejores y los peores momentos del día, mayor será la tendencia a mostrar neuroticismo e inhibición, lo que fomenta la evitación. Por ejemplo, si alguien anticipa que una reunión será desagradable, podría optar por no participar para evitar esta experiencia negativa, explicó el investigador de la Universidad de Varsovia.
Enfatizó que el hecho de observar una diferencia a nivel neuronal no se traduce necesariamente en comportamiento. Sin embargo, en el caso de la amplitud, ambas esferas se movieron en una dirección similar.
Los investigadores enfatizan que estas relaciones son correlacionales; aún no se puede establecer una relación causal. Sin embargo, este es el primer estudio que demuestra que la amplitud del ritmo circadiano puede ser tan importante como el cronotipo y debería considerarse en los estudios de la función cerebral.
Aún no sabemos lo suficiente sobre la amplitud subjetiva del ritmo, pero esperamos que con el tiempo, basándonos en las características interconectadas del reloj biológico: amplitud y cronotipo, podamos predecir, por ejemplo, el comportamiento humano en situaciones específicas. ¿Quién será más sensible a un tipo de trabajo determinado? ¿Es cada trabajo adecuado para todos? ¿A qué hora del día es mayor el riesgo de cometer errores? Si tenemos una amplitud alta, ¿somos más susceptibles a las adicciones y a la violencia? Quizás podamos crear un perfil del comportamiento humano que tenga en cuenta su reloj biológico —explicó—.
Los datos del estudio, que incluyeron mediciones psicométricas detalladas, imágenes anatómicas del cerebro, mapas de campos magnéticos y grabaciones de resonancia magnética funcional durante la prueba MID, se anonimizaron, se prepararon según el estándar internacional BIDS (Estructura de Datos de Imágenes Cerebrales) y se publicaron abiertamente en la plataforma OpenNeuro.org. El segundo artículo del equipo describe y valida el conjunto de datos y se ha publicado en la revista Scientific Data.
“Alentamos a investigadores de todo el mundo a utilizar nuestra colección en sus análisis: se puede utilizar para estudiar la emocionalidad, el procesamiento afectivo y la atención”, añadió Patrycja Ściślewska.
En el estudio publicado en Scientific Reports también participaron investigadores del Instituto Nencki de Biología Experimental de la Academia Polaca de Ciencias, la Universidad Jaume I de España y la Universidad Northeastern Illinois de Estados Unidos.
La ciencia en Polonia, Ewelina Krajczyńska-Wujec (PAP)
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