Un nuevo descubrimiento sugiere que Pompeya fue repoblada tras la erupción

Nuevos descubrimientos en el Parque Arqueológico de Pompeya, en el sur de Italia, han revelado evidencia de que la ciudad fue repoblada después de la devastadora erupción del Monte Vesubio en el año 79 d.C., refutando la creencia de que la región fue completamente abandonada después de la tragedia.
La información fue publicada este miércoles (6) en el periódico digital sobre las excavaciones de Pompeya, citando datos y rastros surgidos durante los trabajos de seguridad, restauración y consolidación en el sitio de la Insula Meridionalis, dentro del área arqueológica.
Durante las excavaciones se encontraron evidencias que muestran que sobrevivientes y personas sin hogar, posiblemente de otras regiones, regresaron a vivir entre las ruinas después de la erupción.
Este asentamiento improvisado, precario y desorganizado persistió hasta el siglo V d.C., cuando otra erupción, la del Pollena, provocó el abandono definitivo de la zona.
En un comunicado, el Parque Arqueológico explicó que, tras el fenómeno, no todos los residentes pudieron iniciar una nueva vida en otro lugar, por lo que algunos sobrevivientes optaron por regresar "a las antiguas casas y estructuras", pese a que las habitaciones, que antes estaban en la planta baja, se convirtieron en bodegas y cuevas, donde se instalaron chimeneas, hornos y molinos.
Según los nuevos descubrimientos, aún se podían ver los pisos superiores de los edificios. A los antiguos residentes se unieron otros que, sin nada que perder, encontraron un lugar en Pompeya para establecerse y excavar en busca de objetos de valor, a pesar del riesgo de encontrar restos humanos en descomposición.
Inicialmente, la gente vivía en una especie de desierto de ceniza, pero pronto la vegetación volvió a florecer. «A juzgar por las evidencias arqueológicas, debió de ser un asentamiento donde la gente vivía en condiciones precarias y carecía de las infraestructuras y los servicios típicos de una ciudad romana», añade la nota.
Después de la catástrofe, el emperador Tito intentó revitalizar la ciudad enviando a dos ex cónsules para supervisar su recuperación y administrar las propiedades de aquellos que no habían dejado herederos, pero el intento fracasó y Pompeya nunca volvió a ser el centro vital que había sido antes del desastre.
El director del sitio, Gabriel Zuchtriegel, describió Pompeya después del año 79 d.C. como "una aglomeración precaria y gris, una especie de campamento o barrio de chabolas entre las ruinas aún reconocibles".
Explicó además que esta evidencia "fue borrada y, a menudo, barrida sin documentación alguna". Sin embargo, gracias a las nuevas excavaciones, este descubrimiento invita a todos a reflexionar sobre la "memoria arqueológica", que a menudo se olvida en favor de episodios más significativos.
"El memorable acontecimiento de la destrucción de la ciudad en el año 79 d. C.
memoria monopolizada", concluyó Zuchtriegel.
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