Las gafas a medida que usaré hasta el final

Llevo gafas desde la universidad. He tenido algunas vintage aquí y allá, pero hace unos años oí hablar de Maison Bonnet en París, que fabrica gafas a medida. Han hecho gafas para Saint Laurent, Le Corbusier, I. M. Pei... ya sabes, gente famosa que usa gafas.

La idea de tener unas gafas exclusivamente mías se volvió realmente atractiva. Es una inversión importante, pero las uso a diario, así que sentí que valió la pena. Las gafas definen tu presentación visual. A menudo es lo primero que la gente ve, ¿sabes?

Así que concerté una cita con Steven Bonnet, la cuarta generación de la familia, y nos reunimos con él en la tienda del Palais Royal. Me miró a la cara, la escrutó, mientras hablábamos. Es un proceso curioso. Aunque que alguien te mire fijamente de esa manera es un lujo, también resulta un poco desagradable. Pero fue amable y encantador. Me probé varias monturas. Hizo modificaciones según mis comentarios y luego dibujó una para mí. Unos meses después, fui a la prueba. Entras en un taller subterráneo donde cortan acetato, lo hornean y lo funden. Te sientas con ellos y mueven esto y aquello hasta que encaja a la perfección.

Las patillas de mis gafas son iguales a las de Le Corbusier. Y la montura se adaptó a mi estructura facial, redondeando la forma del ojo. Incluso me grabaron una B en la parte interior de la patilla. Es increíble tener unas gafas que sé que nadie más lleva consigo.

Aunque me comprara gafas nuevas, no cambiaría nada. Es curiosa la idea de encontrar algo y quedarse con ello. Me considero una persona que se mueve con las fluctuaciones del estilo. Pero esta se ha convertido en mi forma distintiva de gafas, y supongo que será la misma desde ahora hasta... el final.

Fotografía de Florence SullivanEditor de Sittings: Crystal Okonkwo

Cuidado personal: Devra Kinery

Esta historia aparece en la edición de septiembre de 2025 de Esquire SUSCRÍBETE