Los líderes del G7 se reúnen en una cumbre ensombrecida por la crisis entre Israel e Irán y las guerras comerciales

BANFF, Alberta -- Los líderes de algunas de las mayores potencias económicas del mundo llegan el domingo a las Montañas Rocosas canadienses para una cumbre del Grupo de los Siete, ensombrecida por un conflicto creciente entre Israel e Irán y la guerra comercial no resuelta del presidente estadounidense Donald Trump con aliados y rivales por igual.

Los ataques de Israel contra Irán y las represalias de Teherán, que parecieron tomar por sorpresa a muchos líderes mundiales, son la última señal de un mundo más volátil mientras Trump busca retirar a Estados Unidos de su papel de policía mundial.

Durante un vuelo a Canadá para asistir a la cumbre, el primer ministro británico, Keir Starmer, dijo que había discutido los esfuerzos para reducir la crisis con Trump y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, así como con otros líderes mundiales.

Gran Bretaña está enviando aviones de combate y otros refuerzos militares al Medio Oriente.

“Tenemos preocupaciones de larga data sobre el programa nuclear de Irán. Reconocemos el derecho de Israel a la legítima defensa, pero tengo absolutamente claro que es necesario reducir la tensión. Existe un gran riesgo de escalada para la región y en general”, declaró Starmer, añadiendo que esperaba que las “intensas conversaciones” continuaran en la cumbre.

Como anfitrión de la cumbre, el primer ministro canadiense, Mark Carney, decidió abandonar la práctica anual de emitir una declaración conjunta o comunicado al final de la reunión.

Dado que otros líderes quieren hablar con Trump para intentar disuadirlo de imponer aranceles, la cumbre corre el riesgo de convertirse en una serie de conversaciones bilaterales en lugar de una muestra de unidad.

Trump es el factor impredecible de la cumbre . Sus amenazas incendiarias de convertir a Canadá en el estado número 51 y anexionarse Groenlandia se ciernen sobre la reunión. El presidente francés, Emmanuel Macron, llegó a Groenlandia el domingo para una parada simbólica de camino a Canadá, donde se reunió con el líder del territorio ártico y el primer ministro de Dinamarca a bordo de un portahelicópteros danés.

La oficina de Macron dijo que el viaje a Groenlandia es un recordatorio de que París apoya los principios de soberanía, integridad territorial e inviolabilidad de las fronteras consagrados en la Carta de la ONU.

Macron, uno de los pocos líderes que conoció a Trump durante su primer mandato, fue el primer líder europeo en visitar la Casa Blanca después de que Trump asumiera el cargo, saliendo ileso del encuentro en la Oficina Oval.

Pero a pesar del romance esporádico entre ambos líderes, el acercamiento de Macron a Trump no ha dado grandes resultados, y Francia está atrapada en los aranceles planeados por el presidente a la Unión Europea.

Tampoco trajo ninguna garantía de seguridad estadounidense para Ucrania a pesar de los esfuerzos de Macron, junto con Starmer, para construir una coalición de naciones que pudieran desplegar fuerzas después de cualquier cese del fuego con Rusia, con la esperanza de que eso convenciera a la administración Trump de proporcionar respaldo.

Está previsto que Trump llegue a Kananaskis, Alberta, el domingo por la noche. Es posible que se celebren reuniones bilaterales con otros líderes el domingo, pero el programa de la cumbre no comenzará hasta el lunes.

Peter Boehm, sherpa canadiense de la cumbre del G7 de 2018 en Quebec y veterano de seis cumbres del G7, espera que los jefes de Estado cambien el rumbo del debate para dedicar más tiempo a la guerra.

“Los líderes pueden propiciar un debate, quizás incluso una declaración”, dijo Boehm. “Con esto, la agenda de política exterior se ha vuelto mucho más amplia”.

Entre los líderes que no forman parte del G7, pero que han sido invitados a la cumbre por Carney, se encuentran los jefes de Estado de India, Ucrania, Brasil, Sudáfrica, Corea del Sur, Australia, México y Emiratos Árabes Unidos. Evitar los aranceles seguirá siendo una prioridad.

“Los líderes, y hay algunos nuevos en camino, querrán reunirse con Donald Trump”, dijo Boehm. “A Trump no le gustan tanto las grandes mesas redondas como las reuniones individuales”.

Las reuniones bilaterales con el presidente estadounidense pueden ser tensas, ya que Trump las ha utilizado para intentar intimidar a los líderes de Ucrania y Sudáfrica.

El ex primer ministro canadiense Jean Chrétien dijo a un panel esta semana que si Trump actúa así, los líderes deberían ignorarlo y mantener la calma, como lo hizo Carney en su reciente reunión en la Oficina Oval.

“Suele ser un matón”, dijo Chrétien. “Si Trump decide hacer un espectáculo para salir en las noticias, hará alguna locura. Déjenlo que lo haga y siga hablando con normalidad”.

Starmer mantuvo una cálida reunión con el presidente en el Despacho Oval en febrero, y animó a Trump con una invitación del rey Carlos III para una visita de Estado. Trump ha elogiado al primer ministro británico, a pesar de sus diferencias políticas.

El mes pasado, Gran Bretaña y Estados Unidos anunciaron la firma de un acuerdo comercial que reducirá drásticamente los aranceles estadounidenses sobre los automóviles, el acero y el aluminio del Reino Unido. Sin embargo, aún no ha entrado en vigor, aunque las autoridades británicas afirman no estar preocupadas por la posibilidad de que la administración Trump incumpla su palabra.

Los intentos de Starmer de cortejar a Trump lo han dejado en una posición incómoda con Canadá, antigua colonia del Reino Unido, aliado cercano y miembro de la Commonwealth. Starmer también ha recibido críticas, especialmente de los canadienses, por no abordar el deseo declarado de Trump de convertir a Canadá en el estado número 51.

Cuando se le preguntó si le había dicho a Trump que detuviera las amenazas al estado 51, Starmer dijo a The Associated Press: "No voy a entrar en detalles sobre las conversaciones precisas que he tenido, pero quiero ser absolutamente claro: Canadá es un país independiente y soberano, y un miembro muy valioso de la Commonwealth".

La guerra en Ucrania estará en la agenda. El presidente Volodymyr Zelenskyy asistirá a la cumbre y se espera que se reúna con Trump, un reencuentro que se produce apenas unos meses después de su tenso encuentro en el Despacho Oval , que puso de manifiesto los riesgos de reunirse con el presidente estadounidense.

Starmer se reunió con Carney en Ottawa antes de la cumbre para conversar sobre seguridad y comercio, en la primera visita a Canadá de un primer ministro británico en ocho años.

Los funcionarios alemanes se mostraron interesados ​​en refutar la sugerencia de que la cumbre sería un evento “seis contra uno”, señalando que los países del G7 tienen muchas diferencias de énfasis entre ellos en diversos temas.

“El único problema que no se puede prever es lo que hará el presidente de Estados Unidos en función del estado de ánimo y de la necesidad de aparecer en las noticias”, afirmó Chrétien .

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Lawless informó desde Ottawa, Ontario. Los periodistas de AP Josh Boak (Calgary, Alberta), Mari Yamaguchi (Tokio), Sylvie Corbet (París), Geir Moulson (Berlín) y Nicole Winfield (Roma) contribuyeron a este informe.