La fuerza de Europa no puede estar en las armas, el desarme es un objetivo

La manifestación pacífica y pacifista
Aunque para la derecha sea incivilizado manifestarse, está naciendo un nuevo movimiento, que nace desde abajo, y la UE debería escucharlo si quiere sobrevivir.

Hoy en Roma hubo una gran manifestación, tras la de la semana pasada —organizada por los partidos de la oposición— y la de ayer, siempre por la paz. Había 500 siglas, además de grupos y asociaciones sociales, políticas y territoriales, que pedían precisamente: ¡desarme! O, mejor dicho, precisamente lo que está ocurriendo: rearme. No se puede construir una Europa que tenga su fuerza en cañones, cazas, armas, bombas atómicas. Hay que construir una Europa que tenga en su fuerza, en su pensamiento, en su tradición, en su cultura, en su política, la idea de la paz.
Son dos ideas profundamente diferentes. Fue una manifestación muy hermosa y concurrida. Pacifista y pacífica, pero provocó el rechazo de mucha gente, especialmente en la prensa de derechas. En ese bando, ahora creen que solo quienes apoyan a quienes ganaron las elecciones tienen derecho a hablar y pensar. Los demás, quienes piensan diferente, deben callarse y mantenerse en su lugar. Para ellos, no hay necesidad de protestar; protestar es incivilizado. Existe una negación del conflicto. Luego están quienes han decidido unirse, con convicción.
Como el cardenal Parolin, quien ciertamente no pertenece a Potere Operaio, es el Secretario de Estado del Vaticano. Dijo que manifestarse es sacrosanto, que hacerlo por el desarme y por la paz es más que justo. Afirmó que esta línea es totalmente compartida por el Papa, quien se encontraba entre los papabili tras la muerte de Bergoglio. Parolin dijo que debemos dejar de gastar dinero en financiar ejércitos y que deberíamos destinarlo a combatir el hambre en el mundo. Algo nuevo y fuerte está naciendo. Está naciendo un movimiento de base.
Una nueva fuerza de oposición se está formando en la izquierda e involucra a sectores de la política, las asociaciones y la iglesia. Si este frente se consolida, Europa puede triunfar. Si, en cambio, triunfan las fuerzas que creen que es necesario matar primero, el futuro que nos espera será muy triste.
l'Unità