«Caza de brujas»: El presidente del Gobierno español niega corrupción en una tumultuosa audiencia en el Senado.

Las investigaciones por corrupción dirigidas contra antiguos pesos pesados ​​socialistas y familiares de Sánchez han avergonzado a un líder que asumió el cargo en 2018 prometiendo limpiar la política española después de que la oposición conservadora fuera condenada en su propio escándalo de corrupción.

La tensa audiencia de cinco horas sometió a Sánchez a un interrogatorio exhaustivo sobre un complicado asunto que involucraba supuestos sobornos a cambio de contratos públicos para equipos sanitarios durante la pandemia de Covid-19.

El escándalo ha involucrado al exministro de Transportes José Luis Ábalos y al ex alto cargo socialista Santos Cerdán, ambos aliados cercanos de Sánchez y que le ayudaron a llegar al poder.

El exasesor de Ábalos, Koldo García, es otro sospechoso clave en el caso que ha llevado a Cerdán a la cárcel y a la policía a entrar en la sede socialista de Madrid.

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El opositor Partido Popular (PP), de tendencia conservadora y que cuenta con mayoría en el Senado, busca demostrar que Sánchez sabía o participó en las turbias maniobras, acusaciones que él siempre ha negado.

Sánchez declaró ante la comisión que la financiación del Partido Socialista era "absolutamente limpia" y que recibir pagos en efectivo —vinculados por la investigación policial a la presunta corrupción— era "perfectamente legal" para gastos oficiales si se acompañaban de recibos.

Al ser preguntado sobre el despido de Ábalos en 2021, Sánchez insistió en que los motivos eran "fundamentalmente políticos" y afirmó que "estar bajo investigación no es una condena".

El primer ministro arremetió contra el PP por su gestión de los escándalos de corrupción del pasado, afirmando que los socialistas "actuaron con absoluta firmeza" contra Ábalos y Cerdán.

'Caza de brujas'

El presidente conservador de la comisión reprendió con frecuencia a los senadores y a Sánchez por interrumpir, esquivar las preguntas o desviarse del tema en una audiencia que puso de manifiesto la polarización de la política española.

En varias ocasiones, Sánchez calificó el proceso de "circo", "caza de brujas", "baño de lodo", "inquisitorial" y "una burda instrumentalización" del Senado.

El PP se ha centrado implacablemente en la supuesta corrupción socialista en un intento por forzar elecciones anticipadas, pero Sánchez ha rechazado las exigencias de dimitir y convocar elecciones.

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Un informe policial condenatorio publicado este año que implicaba a Cerdán en el escándalo amenazó brevemente con desintegrar la coalición minoritaria liderada por los socialistas con el partido de extrema izquierda Sumar.

En julio, Sánchez desveló medidas anticorrupción en un intento por reparar los lazos con Sumar y una serie de partidos marginales y separatistas regionales sin los cuales el gobierno no puede aprobar leyes.

Investigaciones separadas por corrupción han tenido como objetivo a la esposa de Sánchez, Begoña Gómez, y a su hermano menor, David Sánchez, acosando a su gobierno durante más de un año.

En otro asunto que avergüenza al gobierno, el fiscal jefe designado por los socialistas será juzgado la próxima semana acusado de filtrar secretos judiciales contra la pareja del influyente líder del PP de la Comunidad de Madrid.

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