Una madre groenlandesa recupera a su bebé, que fue sustraído de Dinamarca.

Esta es una noticia importante para la familia de Ivana Nikoline Brønlund, pero también un hito en las tensas relaciones entre Dinamarca y su antigua colonia, Groenlandia. Más de un mes después de ser madre y ver cómo le arrebataban a su hija en un hospital danés tras fallar una serie de pruebas de paternidad que ya estaban prohibidas en el país, la groenlandesa recuperará a la bebé con la que solo compartió la primera hora de su vida.
Este lunes, un comité que evalúa las apelaciones en Dinamarca decidió revocar la decisión de las autoridades locales en la pequeña localidad de Hvidovre, cerca de Copenhague, donde reside Ivana Brønlund. Según informó el New York Times, que la entrevistó, la groenlandesa de 18 años ha estado luchando arduamente para recuperar la custodia de su hija, nacida el 11 de agosto. Una hora después de nacer, las autoridades locales la separaron de su madre y la dieron en adopción.
"Estoy sin palabras... mi corazón ha vuelto a estar completo", escribió la joven en una publicación de Instagram, donde compartió algunas fotos con su hija recién nacida. "Estoy tan emocionada de dar la bienvenida a mi querida hija Aviaja-Luuna".
Para The New York Times, la joven ya había descrito el tiempo que pasó con su hija después de dar a luz como la "mejor hora" de su vida: "La abracé y la sentí a mi lado", dijo. "Ojalá hubiera tenido la oportunidad de demostrar que puedo ser madre".
Como informó Observador aquí, las pruebas de "competencia parental" que Ivana Brønlund suspendió son pruebas psicológicas destinadas a evaluar las condiciones de crianza. Se administran a familias que previamente han suscitado inquietudes ante las autoridades, pero fueron prohibidas entre la población de origen inuit por no ser "aptas". Además, un estudio reveló que el 5,6 % de los niños de origen groenlandés fueron separados de sus padres y entregados al Estado, un porcentaje cinco veces mayor que el de los padres daneses que fueron separados de sus padres.
La evaluación incluyó reuniones con psicólogos y trabajadores sociales, evaluaciones psicológicas y pruebas de coeficiente intelectual. Aunque este modelo de prueba se suspendió en estos casos en mayo, la joven se sometió a la evaluación de todos modos y, según su relato, le informaron que estaría sin su bebé tres semanas antes del nacimiento. Las autoridades concluyeron que no podría garantizar el bienestar y el desarrollo del niño y que requeriría un apoyo psiquiátrico y social significativo.
Según la familia, esta no fue más que una conclusión "injusta" debido al trauma que Ivana sufrió a manos de su padre adoptivo, quien cumple condena por abusar sexualmente de su hija. Esta explicación indignó a los activistas que han seguido el caso, quienes cuestionaron que Ivana ahora estuviera siendo castigada por el abuso sufrido a manos de su padre. Las autoridades locales también afirmaron que la joven de 18 años, nacida en Groenlandia y adoptada por una familia danesa, no era "lo suficientemente groenlandesa" como para que se le suspendieran las pruebas.
La situación fue reportada internacionalmente, desató protestas y manifestaciones en varias ciudades y llevó a la ministra de Asuntos Sociales de Dinamarca, Sophie Hæstorp Andersen, a pedir explicaciones al organismo regional responsable del caso, señalando que estas pruebas no deben aplicarse a casos que involucran a familias con raíces inuit.
Groenlandia, antigua colonia danesa, se convirtió en territorio del país en 1953. Años más tarde, en 1979, obtuvo cierta autonomía y hoy en día hay al menos 15.000 groenlandeses viviendo en Dinamarca.
A pesar de la relativa autonomía ganada, los años 50, 60 y 70 del siglo pasado en Groenlandia estuvieron marcados no sólo por el alejamiento forzoso de niños inuit de sus familias, para educarlos según las costumbres danesas e incluso obligándolos a olvidar su lengua, sino también por la inserción, sin consentimiento, de dispositivos intrauterinos en mujeres y niñas (muchas menores de 12 años).
También en este caso parece producirse un punto de inflexión en las relaciones entre ambos países: este lunes, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, anunció que el país planea crear un "fondo de reconciliación" que servirá como reparación histórica para las mujeres a las que se les insertaron dispositivos anticonceptivos contra su voluntad, una forma de "discriminación sistemática" contra los groenlandeses.
El presidente, quien emitió un comunicado citado por The Guardian, confirmó que se está debatiendo la creación de un nuevo fondo para acompañar la disculpa formal presentada a Groenlandia en agosto, un paso histórico para las relaciones entre ambos países. La discriminación que sufren los groenlandeses ha recibido mayor atención en los últimos años, y se cree que 4.500 mujeres y niños se vieron afectados por el escándalo del dispositivo intrauterino, una práctica que el ex primer ministro groenlandés Múte B. Egede calificó en una ocasión de "genocida".
observador