Bruxismo: comprenda las posibles consecuencias del trastorno para la salud

Dolor de cabeza, dolor de oído, dolor de cuello, dolor de cara e incluso dolor de hombro. Estos son algunos de los síntomas de quienes padecen trastornos temporomandibulares (TTM), que también pueden provocar otros problemas, como tinnitus, dificultad para abrir la boca, molestias al masticar, disminución de la calidad del sueño y sensibilidad dental.
Según una revisión de estudios publicada en 2024 en el Journal of Clinical Medicine, la incidencia de TMD en la población mundial es del 34%, principalmente entre adultos de entre 18 y 60 años. La investigación revisó 74 estudios, que incluyeron un total de 172.239 individuos, de los cuales 35.259 tenían TMD. El análisis revela que el problema tiende a ser más común en las mujeres, y América del Sur es donde más sufren estos trastornos en comparación con los hombres.
En el continente sudamericano, el 47% de la población padece estos trastornos. En Europa, esta tasa es del 29% y en Asia, del 33%. En cuanto al sexo de quienes padecen el trastorno, entre los europeos esta proporción es casi de uno a uno; En Sudamérica, son 1,5 mujeres por cada hombre.
La articulación temporomandibular, conocida por las siglas ATM, es la responsable del movimiento de apertura y cierre de la boca. Uno de los principales factores asociados con los trastornos temporomandibulares es el bruxismo, una condición caracterizada por el acto involuntario de apretar o rechinar los dientes excesivamente. Este hábito puede provocar una sobrecarga en las arcadas dentales y los músculos faciales, contribuyendo a la aparición o empeoramiento de los síntomas del DTM.
Si no se trata adecuadamente, el bruxismo puede, con el tiempo, provocar una serie de complicaciones, como desgaste de los dientes, espaciamiento en la arcada dentaria y recesión de las encías, una condición en la que la encía se aleja de la corona del diente, exponiendo la raíz y aumentando la sensibilidad. En casos más avanzados, el problema puede provocar grietas, así como rotura de restauraciones, prótesis, implantes e incluso de los propios dientes.
Contrariamente a lo que mucha gente imagina, el bruxismo no sólo ocurre durante el sueño. Aunque durante mucho tiempo se asoció exclusivamente al período de descanso nocturno, hoy se sabe que muchas personas también tienen el hábito de apretar los dientes durante el día, generalmente de forma inconsciente y relacionada con la tensión y el estrés. En estos casos la condición se llama bruxismo de vigilia.
Sueño vs. vigilia
El factor principal del bruxismo nocturno es la hiperactividad del sistema nervioso central, además de alteraciones en los mecanismos de control del sueño. “En este caso, por lo general, se presentan movimientos isotónicos concéntricos (apretar los dientes) y excéntricos (rechinar los dientes) y están influenciados por cambios en los niveles de neurotransmisores, como la dopamina y la serotonina”, explica Mayra Torres Vasques, profesora de la carrera de Odontología y de la especialización en Dolor Orofacial y TTM de la Escuela Israelita de Ciencias de la Salud Albert Einstein.
La ansiedad, el estrés y la depresión pueden agravar el patrón de movimiento muscular en la boca. Pero hay otros factores que pueden estar detrás. “Cuestiones hereditarias, algunos medicamentos, especialmente los antidepresivos, la apnea del sueño, el tabaquismo y el consumo de alcohol y cafeína también pueden empeorar el cuadro”, añade Maria de Lourdes Rodrigues Accorinte, presidenta de la Cámara Técnica de DTM y Dolor Orofacial del Consejo Regional de Odontología de São Paulo.
Respecto al bruxismo al despertar, los principales factores están relacionados con el aspecto emocional, involucrando estrés, ansiedad y depresión. Las afecciones neurológicas, como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad ( TDAH), también pueden provocar que apriete los dientes estando despierto, al igual que la hiperactividad, la tensión muscular y hábitos como morderse las uñas o morder objetos, que pueden aumentar la tensión en la articulación.
“Como el estrés y la ansiedad son causas importantes del bruxismo, algunos estudios citan a Brasil como líder en el ranking de incidencia del problema, especialmente en el caso de la versión que ocurre estando despierto”, analiza Vasques.
Tratamiento multidisciplinario
La variedad de síntomas del bruxismo hace que muchos pacientes recurran a diferentes especialistas antes de descubrir que la opción ideal es consultar a un odontólogo especializado en disfunción temporomandibular y dolor orofacial.
Este profesional es el más indicado para diagnosticar y tratar cambios en la ATM, los músculos masticatorios y otras estructuras faciales. El uso de férulas oclusales (dispositivos acrílicos que evitan el contacto directo entre los dientes) suele ser uno de los enfoques recomendados.
“Sin embargo, en algunos casos puede ser necesario el trabajo conjunto de un fisioterapeuta y un neurólogo”, explica Accorinte. Para tratar las causas del DTM pueden estar indicadas sesiones de psicoterapia, especialmente cuando el bruxismo está relacionado con estrés o ansiedad, además de abordajes dirigidos a los trastornos del sueño y otras patologías asociadas.
Fuente: Agencia Einstein
IstoÉ