La población del Reino Unido alcanza los 69,3 millones: es la sentencia de muerte de la política migratoria blairista.

¿Qué esperan que les pase a los padres centristas que han hundido a este país si siguen haciendo precisamente lo contrario de lo que la mayoría de los británicos quiere? ¿De verdad no han captado el mensaje de que no toleraremos que continúe esta locura blairista de inmigración masiva? Parece que no, ya que hoy nos llega la noticia de que la inmigración al Reino Unido ha elevado su población a 69,3 millones. Un aumento de 755.300 entre mediados de 2023 y mediados de 2024 es el segundo mayor incremento desde 1950.
La idea de que cualquier oposición a cualquier tipo de migración se basa en prejuicios raciales ha quedado destruida para siempre. Ninguna persona en su sano juicio que desee mantener nuestro estado de bienestar, el Servicio Nacional de Salud y nuestro sentido de pertenencia debería sentirse cómoda con estas cifras. Además, está la absoluta desfachatez de nuestros políticos al no cumplir los deseos del pueblo británico, que una y otra vez ha votado a favor de una menor migración.
Es como si no hubieran escuchado el grito democrático más poderoso en la historia del sufragio universal: que debemos abandonar la UE por razones de soberanía y para tener menos inmigración.
Es como si creyeran que pueden simplemente seguir adelante con políticas impopulares sin consecuencias. En cierto modo, se entiende por qué Sir Keir Starmer podría pensar esto: le han otorgado una mayoría gracias a una de las participaciones electorales más bajas que jamás hayamos visto.
A pesar de su vergonzosa impopularidad, sigue adelante. Pero al hacerlo, no reconoce la realidad de que su hora llegará. Incluso si Drear Starmer se mantiene en el poder durante un mandato completo, el Partido Laborista no tiene posibilidad de volver al poder pronto.
La credibilidad de los conservadores en materia de migración es inexistente. Desde el fracaso de David Cameron para reducir la migración a decenas de miles, pasando por su división sobre el Brexit , hasta la cifra récord de 906.000 nuevas llegadas en 2023, se han mostrado reacios o incapaces de resolver el problema más arraigado de la política británica.
La única esperanza para los británicos sensatos es que sus compatriotas se deshagan de estas organizaciones fallidas votando por Reform UK. Si con eso solo se logra enviar un mensaje a los laboristas y conservadores de que ya no pueden ignorar la voluntad del pueblo al que se supone que deben servir, entonces valdrá la pena.
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