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La reacción de Lula al aumento de aranceles de Trump podría costarle caro a la industria

La reacción de Lula al aumento de aranceles de Trump podría costarle caro a la industria

La reacción del presidente Lula (Partido de los Trabajadores) ante el aumento del 50% de los aranceles que Estados Unidos aplicará a las importaciones brasileñas a partir del 1 de agosto podría perjudicar a la industria nacional. El jueves (10), la Secretaría de Comunicaciones de la Presidencia de la República (Secom) informó a GloboNews que el presidente debería aplicar la Ley de Reciprocidad Económica brasileña, incluyendo medidas de represalia como aranceles equivalentes y restricciones a los contratos de propiedad intelectual.

"Si nos cobra el 50%, les cobraremos el 50%", comentó sobre la guerra comercial el mandatario en una entrevista con TV Record .

Según la Secretaría de Comercio Exterior (Secex), el año pasado Brasil importó US$40.600 millones de Estados Unidos, un 7,1 % más que en 2023. El 88 % de esta cantidad provino de la industria manufacturera. En el primer semestre del año, esta proporción ascendió al 91 %.

Entre enero y junio de este año, la participación de los rubros de la industria manufacturera alcanzó el 91% de las importaciones, las cuales ya sumaron US$ 21.700 millones, un incremento de 11,5% respecto al mismo período del año pasado.

Brasil compra principalmente bienes industriales intermedios de Estados Unidos, es decir, aquellos utilizados en la producción industrial nacional. Esto ocurre en sectores de exportación como la aeronáutica y productos esenciales como los farmacéuticos.

Las represalias al aumento de aranceles de Trump podrían aumentar los costos de la industria

Uno de los posibles impactos de la retaliación, según Claudio Considera, coordinador del Centro de Cuentas Nacionales del Instituto Brasileño de Economía de la Fundación Getulio Vargas (FGV Ibre), es un posible aumento de los costos para la producción nacional, si el gobierno decide aplicar un arancel equivalente a las importaciones.

Si Brasil continúa importando estos productos de EE.UU., los costos de producción aumentarán, lo que hará que nuestra industria sea menos competitiva, afirmó.

El crecimiento industrial también podría verse afectado, enfatiza José Augusto de Castro, presidente de la Asociación Brasileña de Comercio Exterior (AEB). Hasta mayo, la producción industrial había aumentado un 1,8% en 12 meses.

Según él, el Gobierno debe responder basándose en criterios racionales y prácticos, no políticos.

Dentro del gobierno, existe temor de más inflación en respuesta al aumento de aranceles de Trump.

El Ministerio de Desarrollo evaluó que la aplicación de aranceles recíprocos sería contraproducente, ya que encarecería la producción nacional. Los análisis se realizaron tras la primera subida de aranceles anunciada por Trump el 2 de abril.

Además de los impactos inmediatos sobre la inflación, los analistas de XP prevén que la reciprocidad con tarifas equivalentes, al aumentar la inflación, podría llevar a la adopción de una política monetaria aún más conservadora por parte del Banco Central, aumentando la cautela frente al recorte de la tasa de interés, estimado para principios de 2026.

BTG Pactual señala que las medidas de represalia del gobierno brasileño podrían compensar parcialmente el deterioro de la balanza comercial derivado de los aranceles adicionales a las exportaciones. Sin embargo, dichas medidas conllevarían riesgos significativos: mayor incertidumbre regulatoria, precios de importación más altos y una posible escalada de las tensiones comerciales, con efectos negativos sobre la inflación y la inversión.

"En la práctica, el mayor costo de esta nueva ronda de aranceles es menos el potencial impacto directo sobre los flujos comerciales y más el empeoramiento del entorno económico, el deterioro de la asociación histórica entre ambos países y la incertidumbre generada", enfatizan los economistas del banco.

Otro punto destacado por el banco es que las represalias múltiples tienden a ser ineficaces y pueden desencadenar una escalada de tensiones comerciales difícil de revertir, además de presionar la inflación.

Las empresas piden racionalidad y diplomacia para evitar una mayor escalada

Representantes del sector privado han enfatizado la necesidad de racionalidad en la respuesta de Brasil. Bradesco señala que la propia carta de Donald Trump a Lula ya contiene una posible respuesta en caso de represalias: un aumento adicional del 50% en los aranceles.

Según Roberta Portella, profesora de la FGV, aunque el legislador otorgó al Ejecutivo amplios poderes de acción, se mantuvo la necesidad de proporcionalidad y participación del sector privado en la respuesta, lo que minimiza el riesgo de manipulación puramente política de las contramedidas.

Otro punto que destacó es que, dependiendo de cómo esté diseñada la contramedida, puede existir el riesgo de violar normas contra terceros o afectar productos de países no directamente involucrados en la disputa.

João Kepler, director ejecutivo de Equity Group, afirmó que es fundamental que el país reaccione con inteligencia estratégica y busque ampliar los acuerdos comerciales con otras naciones, además de fortalecer el ecosistema empresarial local. «Los altos aranceles requieren más que una reacción política; requieren una respuesta económica basada en la innovación, la diversificación y el liderazgo», afirmó.

Volnei Eyng, director ejecutivo de la gestora de activos Multiplike, afirmó que Brasil debe evitar represalias precipitadas. «La diplomacia es el mejor camino. Un menor comercio entre ambos países implica un menor crecimiento, y los sectores con mayor exposición al exterior son los que más pierden», afirmó.

La alternativa para la industria es cambiar de proveedores

Una posibilidad para la industria, dada la adopción de la reciprocidad arancelaria y un posible aumento en el costo de los insumos industriales provenientes de Estados Unidos, sería diversificar sus proveedores, buscando industrias en otros países. Sin embargo, Castro, de AEB, explica que esta es una estrategia que requiere tiempo para desarrollarse.

"En este punto, sería difícil encontrar nuevos proveedores porque nadie tendría la flexibilidad para reemplazarlos de la noche a la mañana, lo que llevaría tiempo. Y este tiempo, en última instancia, conlleva un aumento de costos, ya que se termina pagando por un producto más caro para satisfacer una demanda localizada", dijo.

Otro punto se refiere a los contratos a largo plazo firmados por la industria brasileña, cuyo impacto de las represalias aún no está claro. En otras palabras, incluso con las previsiones, es necesario esperar las medidas que adopte el gobierno para comprender los efectos reales.

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